sábado, mayo 19, 2007

Egocentrismo de un pájaro: tantas idas y venidas… y corridas


Egocéntrico ¿yo? Preguntome con notorio desagrado el muy desventurado al leer este encabezado.

“Si, tú, hijo de perra…” le respondí con prontitud y aplomo, no me iba a dejar intimidar por él esta vez, pese a que finge una mirada con desdén desde ahí abajo cual patricio que se cree. No es que yo esté loco como norcoreano deprimido por el hecho de discutir con “él”, mas al contrario, es una muestra de total coherencia y sanidad mental ya que a partir del día hoy, Él no podrá regir mi vida en todo momento y ocasión a total agrado como lo ha hecho hasta ahora.

Invade mis momentos más privados, irrumpe en conversaciones, interrumpe películas, corrompe los más puros pensamientos, hasta osó perturbar jornadas futboleras con una sola idea fija: panochita… tibia, jugosa, brillante, deleitable y agridulce panochita. Y es que es tan insaciable en el tema panochesco que no le importa el contexto de la misma; la portadora puede ser una deli como any given chota, le da igual… de todas formas es una panocha, se dice a sí mismo.

Explicado esto queda en evidencia, y a favor de muchos desdichados que alguna vez en su existencia hundiéronse en lo mismo, que yo no soy ocasionalmente chotero sino, más bien, “él” es reincidentemente chotipanochero. Sueno hasta cierto punto esclavizado en mis apreciaciones pero no exagero nada. Nos las damos de seres superiores y pensantes y considero que es mera exageración ya que solamente somos una extensión -con ciertas facultades- de nuestro miembro que es único señor y amo. Dada su naturaleza pasional y dramáticamente carnal, el tuerto tieso es el ser más corrompible que habita el planeta y sus caprichos han desencadenado grandes eventos en la faz de la tierra: han caído imperios, importantísimos descubrimientos se vieron retrasados, continentes desaparecieron, guerras surgieron. Nuevas teorías de eminencias sobre el tema sostienen que el mismísimo Hitler sucumbió a causa de la panochita de la buena de Eva Braun (menudo nombre de pila que le pusieron a la doña), puesto que se la pasó culeando como cabrón durante la caída del régimen nazi. Incluso protagonistas de corazón pedroso y carácter altamente voluble e inflamable como el entrañable Nazi de las salchipapas (ver artículo del Nazi) se ven sosegados y seducidos por una buena panocha fresca.

Por lo tanto la próxima que nos miremos con cierta complicidad con alguien y se comente: “¡puta! que arrecho es ese cojudo…” pensemos primero que NO es su culpa, es solo una víctima más de las innumerables triquiñuelas del morador inferior. A todas esas señoritas que se ven acosadas por entes escabechados en alcohol, mis disculpas, pero os repito, NO es culpa del santo varón. Si es de por sí complicada labor controlarlo sin estimulantes en el cerebro, deben imaginarse lo duro de lidiar sin la sobriedad, el único moderador de la milenaria cachilera. No es fácil, sean un poco más comprensivas.

Es así que pese a que no dije nada bueno del señor éste, de todas maneras se merece mi respeto y el de todos y de todas. Valga que, conciente de que de los placeres sin pecar, el mejor es cagar… ¡!!!chinga tu madre!!!!! Prefiero pasármela pecando que ejercitándome…manda la divina voluntad del gran “señor” de los anillos de cuero.

Urtika

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Urtika estas demente, pero no podria describir mejor alguien demente sobre el comportamiento normal de todos estos hombres.