jueves, junio 16, 2011

“Hunger”, poderosísimo debut de Steve McQueen

“Hunger” es el filme debut del británico Steve McQueen, quien en una entrevista mencionó que allá entonces por 1981 cuando tenía unos 12 años tres eventos marcaron indeleblemente su retina: los disturbios de Brixton, el triunfo del Tottenham en la FA Cup, y la huelga de hambre de Bobby Sands, quien fue comandante y preso político perteneciente al I.R.A. (Irish Republican Army), el cual es el personaje principal de la película.

“Hunger”, es una exploración fílmica en tres actos muy definidos de una prisión en Irlanda del Norte en 1981 donde los reclusos son prisioneros políticos del I.R.A. El primer acto discurre en una descripción de los hábitos y condiciones en las que vivían los convictos, la segunda es una sola secuencia del diálogo entre Bobby Sands y su párroco, donde el primero aclara la decisión de realizar una huelga de hambre hasta las últimas consecuencias, y por última el tercer acto muestra las consecuencias de dicha acción.

El filme es sumamente vívido, radical y visceral; por la trama que aborda y el entorno que exhibe es imposible no presentar una cinta cargada de sordidez. El realizador pese a empatizar con los reclusos logra gambetear el maniqueísmo, mostrando retazos de humanidad por parte de los guardias y el terror y brutalidad de la que ellos también era presas. La descripción del trato en la cárcel bordea lo infrahumano, en lo que uno observa el inmenso tesón y convicción de los conscriptos para aguantar los vejámenes más violentos y escatológicos, con la finalidad de luchar por sus demandas y sus derechos que se enmarcan en sus creencias básicas por lo que entre otras demandas se niegan a utilizar ropa de un preso convencional, dado que no se consideran criminales bajo ningún concepto sino presos políticos. El alegato mas que satanizar al funcionario policial, es una ácida e imperdonable crítica al despiadado y deshumanizado mandato de la odiosa Thatcher en Gran Bretaña que empezó el año 1979, como a cualquier otro régimen anterior o actual haga gala de la tortura y de la degradación de los derechos humanos como método sobre sus presos.

El epicentro del filme y una de las mejores secuencias vistas en años, es el diálogo entre Bobby Sands y su sacerdote de confianza. Casi la totalidad de la secuencia (de mas de 20 minutos) es un plano fijo, donde todo se centra en una conversación plagada de intensidad, matices, complicidades, lecturas entre líneas, convicciones morales, memorias y una pasión, sentimiento y compasión brutal de parte de ambos individuos, cada uno con una poderosa y convencida postura, pero en frontal disidencia. El virtuosismo de los guionista (el mismo McQuenn y la dramaturga irlandesa Enda Walsh), sumada al talento y precisión de los actores Michael Fassbender (Sands) y Rory Mullen (el cura), provocan un estremecimiento a través de la forma en que ambos desnudan sus almas a través de las líneas, haciendo de la escena un monumento a la autenticidad, y valga la redundancia a la pasión, convicción y ahínco del ser humano en su más marcado y respetado disenso.

El desenlace, la inmolación a través del hambre de Bobby Sands, va en el mismo tono sombrío, dramático y extremo de toda la película con un atisbo de redención. La película de McQueen viene sobrada en alma y carácter, es un excelente logro cinematográfico que pincela con planos y detalles precisos la realidad de un inframundo; concluyendo “Hunger” es una poderosa y desasosegante apología de lo indomable en espíritu humano.

miércoles, junio 08, 2011

Mad Men: La Madison Av., los años sesenta y la historia de un país

Mad Men, multipremiada serie que ya deambula camino a su 5ta. Temporada, es una exquisita travesía por la Avenida Madison de Nueva York, donde se cocían todos los fregados del mundo publicitario de la capital del mundo, ergo el apelativo Mad(ison) Men que los mismos publicistas acuñaron para autodenominarse. La vida de los personajes de la serie gira en torno a grandes ideas, whisky, cigarrillos y relaciones adúlteras, con un periférico condimento de vida familiar. Don Draper es el ícono de la serie, gurú, genio y creativo de una firma publicitaria, que através de su elegancia, encanto devenido en petulancia, seduce a clientes y a un amplio abanico de damas de variados estilos e intereses, desparramando su éxito a borbotones.

Siguiendo la trayectoria de Draper, de su agencia y de los personajes que lo rodean, uno va adentrándose en la realidad histórica que vivía Estados Unidos en el transcurso de la década de los sesentas, donde está situada temporalmente la serie. El punto de partida es que la desmesurada apología del cigarrillo como sinónimo de rebeldía, madurez, hombría, glamour y tantas otras cosas que lo hacían parte inextricable de la vida cotidiana desde el desayuno hasta entremés de las contiendas nocturnas, sufre sus primeros ataques reflejados a través de la popular revista Reader´s Digest (Selecciones) denunciando que éste es dañino para la salud, por lo que las campañas publicitarias deben dar un golpe de timón para seguir fomentando su consumo. Esa es una primera alusión al quehacer cotidiana de una sociedad que avanza y muta a pasos sigilosos o agigantados, ya sea con la aprobación de la pastillas anticonceptivas (parte de la liberación femenina que es uno de los epicentros temáticos de la serie), o con la brutal tensión de la crisis de los misiles cubanos que a muchos les hizo pensar en un final de los tiempos, o con el proyecto de derribar la legendaria Penn Station y erigir el hoy mitiquísimo Madison Square Garden, o el completo desasosiego de una nación que contemplaba como su presidente era brutalmente asesinado, o ya para acabar la enumeración el fabuloso knock out de Cassius Clay a Sonny Liston, como no, fuente de inspiración de una publicidad para maletas Samsonite.

La década de los sesenta es a su vez, una época tan marcada por vicisitudes trascendentales que conmovían a todo el mundo, y de lo cual no están exentos los protagonistas de Mad Men como la muerte de Marylin Monroe o la fulgurante aparición de un cuarteto denominado como The Beatles, así se ven envueltos en los eventos históricos las mujeres y secretarias de la agencia publicitaria que quedan descorazonadas por el suicido de la sensación rubia, así como queda enloquecida la pequeña hija de Draper al saber que le han conseguido tickets para ver a los melenudos oriundos de Liverpool.

Así es como mientras irrumpen romances, o los agentes de cuentas van en busca de nuevos clientes, se observa la batalla electoral entre Kennedy y Nixon, o lucha por los derechos civiles de la raza negra, a los cuales uno de los publicistas más visionarios, Pete Campbell ve como un poderoso mercado emergente, así como se debe llegar a las compañías de aeronáutica que están inmersas en una carrera sin precedentes para alcanzar la meta máxima para la raza humana: la luna.

Esos son los meandros históricos por los que avanzan la apasionante Mad Men, que aparte de su sabroso contexto este se ve trascendido por un universo que goza de las crisis de identidad de Draper, las sabrosas curvas de la despampanante Joan Holloway o el desternillante humor de Roger Sterling entre tantas cosas mas; parafraseando a Dylan, uno de lo sumos íconos de la época: the answer my friends is blowing in DVD.