lunes, marzo 30, 2015

Las divas de Sils María

El último filme del realizador y crítico francés Olivier Assayas, Sils María (Clouds of Sils Maria), enfrenta a la grandiosa Juliette Binoche (María Enders) y a la más que prometedora Kristen Stewart (Valentina), como una actriz en etapa de madurez y su joven y sagaz asistenta, respectivamente. Entre ellas se abre un duelo de personalidades en el marco de que a Enders se le pide interpretar nuevamente la obra que de muy joven la lanzó al estrellato, con una no tan ligera diferencia, que le piden llevar el rol de la mujer madura torturada e insegura por la jovensísima belleza que otrora personificó.

Esa circunstancia lleva a la diva y a su asistenta a adentrarse en los Alpes suizos, en la casa del fallecido dramaturgo que escribió la obra y quien fue el padre artístico de la joven Binoche.

Ambas actrices entablan un duelo tanto dentro del filme como fuera de él, jugando una maravillosa pulseta actoral en la que la novel Stewart se mide sorprendentemente a la laureadísima Binoche. Mientras ensayan la obra una evoca la juventud que una vez tuvo y no termina de aceptar que esos tiempos pasaron, mientras se refleja en la belleza de su asistenta, creando una pugna de cosmovisiones, pero a su vez una soslayada tensión sexual.
Dentro de las capas con las que juega el texto parece que no solo la interacción oscila entre la realidad de la ficción y la ficción que ensayan, sino entre la ficción de la película y la realidad de las actrices, que a momentos parecen dejar sus papeles y convertirse en ellas mismas: una eminencia actoral y una incipiente estrella erigida en una superficial y taquillerísima franquicia.

De toda esta dialéctica emerge una tercer integrante, que es Chloë Grace Moretz, una irreverente y desenfadada adolescente de gran éxito comercial que interpretará a la joven en la obra; creando admiración en su coetánea y una especie de desprecio devenido en atracción en la actriz consagrada.
Todas estas capas metatextuales se ven revestidas del glamuroso entorno del mundo del cine/arte/moda/teatro/paparrazzis en el que guiños de realidad juguetean con la ficción, haciendo el menjunje más delicioso aún.

Es imposible no evocar algún otro coqueteo de Assayas entre realidad y ficción, como Irma Vep, que rodó con su ex-esposa, la majestuosa Maggie Cheung, quien filmaba en la película un remake del serial de Feuillade “Les Vampires”.  En ambas ocasiones creo que Olivier Assayas sale triunfador, erigiendo consigo a las actrices que lo acompañan luciéndolas en ese transvase entre ficción y realidad.