sábado, junio 28, 2008

La Unión Europea o el testimonio de la vergüenza universal

Las noticias sobre la nueva política de inmigración de la Unión Europea no me extrañan en absoluto; de hecho, no hacen sino confirmar la lógica viciosa que ha llevado a cabo este continente con respecto de sus relaciones internacionales en los últimos… que sé yo… ¿mil años? No importa, hablemos de los últimos cuatrocientos.

No protesto contra el hecho de que ese pequeño apéndice de Asia se haya caracterizado por ser, de lejos, el continente que más ha masacrado, saqueado, explotado, mamado, evangelizado, torturado, manipulado, quemado, azotado y violado a propios y extraños durante la historia del triste milenio que acaba de pasar. No protesto tampoco contra el ingenio y el genio del espíritu occidental que ha construido armas brutales capaces de someter a toda cultura de “salvajes” y paganos que adoran a la Tierra en vez de explotarla y violarla para construir armas más y más poderosas para destruir o provocar miedo de una manera más y más monstruosa. No protesto contra el hecho de que la ambición haya llevado a esclavizar a los oriundos de los diferentes territorios conquistados para que extraigan la materia prima de lo que hizo que hoy por hoy sean ricos, desmesuradamente ricos, innecesariamente ricos; se podría llamar astucia o fuerza bruta como ocurre entre los animales de la sabana africana. No voy a protestar tampoco contra el hecho de que, una vez desollado y saqueado el resto del mundo, cierren sus puertas, amurallen sus burgos y traten como ser de tercera clase a cualquier persona que quiera venir a recoger del suelo las migajas del festín. No protesto tampoco contra el hecho de que hayan impuesto a fuerza de espada SU visión del mundo al resto del mundo y de que no hayan sido capaces de aprender absolutamente nada de sus colonias y que, más bien, hayan hecho todo lo posible por exterminar esas cosmovisiones. No protesto contra el hecho de que, a su partida, TODOS los lugares donde han sembrado su visión podrida por el miedo, se hayan quedado infectados y víctimas de problemas sociopolíticos irresolubles, eso forma parte del juego incruento de la historia.

Lo que si me parece escandaloso, asqueroso, imperdonable es la pose: sí, eso sí. ¿Por qué joden y machacan a todos los hombres y mujeres del pasado, presente y futuro con estupideces de carácter universal? ¿Por qué dicen basar sus acciones sobre valores UNIVERSALES de humanidad? ¿Derechos humanos? ¿Ilustración? ¿Revolución francesa? ¿Mayo del 68? Son vergas: Por qué no nos dicen: Somos (hemos sido) asesinos más eficaces que ustedes y por eso les vamos a quitar todo, hasta la dignidad y luego no les vamos a convidar ni el olor de un pedo de lo que comamos en nuestras cómodas casitas con la salud y vida eterna asegurada (aburrida pero asegurada). Eso sí que me llega al huevo. Que vengan y te hablen de “principios” universales: que sea Jesús, el Progreso, la Razón. Nada: Tenemos la espada más grande, el palo más grande con el clavo más grande y eso duele más: Dame todo lo que tienes. ¡Esto es un asalto a mano armada! ¿Acaso los ladrones comparten el botín con las víctimas de su obrar? Que me digan que no nos metamos con ellos porque son capaces de matar más de cien millones de personas en un lapso de treinta años. Eso sí me asusta. Que me digan que no quieren sudacas y africanos porque prefieren botar comida que verlos comerla en sus calles. Que me digan que los diamantes del Congo y que la plata de Potosí han sido extraídos con extrema e inhumana brutalidad para que sus anoréxicas y drogadictas vedettes no se acomplejen en la alfombra roja. Pilla y protege. Pilla y olvida. Olvida y disfruta. Que digan eso sería mejor que el hecho de que estén hablando de valores que implican a la humanidad entera, de otra globalización, de reducción de la pobreza, de Derechos Humanos, de ONG´s, de OMS. Bien decía un historiador chino cuando le preguntaban qué opinaba de los resultados de la revolución francesa: “Es muy pronto aun para saber”.

Desde mi punto de vista, la deuda que tiene Europa con el resto del mundo es tan grande que ni intercambiando situaciones socioeconómicas entre los países de Europa y el tercer mundo llegaríamos a una equivalencia. Pero, lo sabemos, ese no es el estilo, ni la tendencia que viene siguiendo en los últimos siglos el ilustre y voraz continente que, a mi juicio, la universalidad que transmite al mundo es más la de la vergüenza, el miedo y la mezquindad que la de cualquier “valor”.

viernes, junio 20, 2008

Domenech, Haedo, Cristiano y Adriano o un puñado de comentarios sobre recientes vergüenzas futboleras

• Domenech debe abandonar la selección francesa después de una penosa performance futbolera durante la Eurocopa confirmando lo que se intuía en la primera fase del mundial de Alemania: que Francia pocas veces jugó tan mal que como al mando de Domenech. Otros podrán alegar que llegó a la final del mundial que jugó ante Italia, pero eso no es cierto, Zidane llegó a la final del mundial y Zidane también decidió perderla, si alguien tenía ese derecho era él. Domenech ha sido nefasto para Francia, no en una lógica resultadista, sino en su afán de jugar un fútbol horroroso (como fueron los partidos ante Suiza, Corea y Togo en el mundial, así como los partidos ante Rumania e Italia en la Euro actual), y de realizar un acto sumamente negativo y perjudicial, que nunca debería hacer un seleccionador, que es el de no llevar a sus mejores jugadores como Trezeguet, que fue sin duda el delantero francés más en forma de toda la temporada. Gomis y Anelka, dejaron patente que la lectura del Tarot no es la mejor consejera a la hora de dirigir un equipo de fútbol. Dentro de la circunspección de la derrota, Francia podrá festejar, si finalmente se libran de Domenech.


• El fútbol es un universo paradójico. Todos alaban el tesón y la valentía del jugador paraguayo, la raza que este tiene y como eso se ha consolidado en una selección triunfadora que apunta sin mucha dificultad a su cuarto mundial consecutivo. Pero la paradoja aparece después de la derrota sufrida el miércoles pasado con Bolivia, el primero perdió con el último, pero la paradoja no es esa, sino la majadería mostrada por algunos de sus jugadores sobre todo por Nelson Haedo Valdez, jugador del Borussia Dortmund alemán y anotador de uno de los goles de su selección. El delantero aludió que jugar en La Paz “Es inhumano, no te daba el aire, se debería prohibir” y añadió “Eso no es fútbol, uno tiene que adivinar adonde va la pelota”. Es lamentable que un jugador con reputada trayectoria y con un linaje tan bravo de internacional paraguayo venga con excusas por una derrota, que sino lógica si era posible. Además de entristecerme por como un par de jugadores pueden crear máculas en una impecable imagen de idiosincrasia y valentía futbolera, como la que ostenta Paraguay, me pregunto por qué la prensa no les consultó a estos lloricas por qué creen que Colombia y Chile sacaron excelentes y humanos resultados en un terreno donde lo que se juega es un trasunto del deporte de Maradona y Pelé. Otro penoso ejemplo de este tipo es el que mostró el portero Orión de San Lorenzo que no paró de quejarse de la altura y hacer un verdadero melodrama en vez de celebrar la victoria de San Lorenzo en Potosí. ¿De que se habrá quejado al haber sido el indiscutido cancherito y responsable de la eliminación de su equipo ante la Liga de Quito, y no en la altura de Quito (aunque también) sino en el impecable gramado del Nuevo Gasómetro donde le cedió un gol a Bieler por hacer jueguito en una situación de riesgo? 


• Ayer Alemania eliminó sin atenuantes a su homólogo portugués. La escuadra lusa llegó a la Euro como gran candidato sosteniendo su postulación en Cristiano Ronaldo, el jugador más en forma del mundo y campeón de Inglaterra y de Europa de clubes. Pero Cristiano llegó a la Euro no con afán de jugar fútbol, sino de desconcentrar el campamento portugués con el culebrón del verano que es su deseado y presunto alejamiento del Manchester Utd. para pasar al Real Madrid. Tanta rimbombancia y pompa le otorgo Ronaldo al asunto, que se olvidó que para ganarles a los alemanes no hace falta un par de piques y de gambetitas, sino un gigante esfuerzo futbolero individual y colectivo. Las esperanzas en el depositadas se iban desvaneciendo minuto a minuto, y por ende una Alemania sin técnico y con estrellas de escasa calidad técnica derrocó al talentoso Portugal y su desubicada y descentrada estrellita. Quizás hubiera hecho bien Ronaldo en contestarle el teléfono a Ferguson, ya que por lo visto bajo su tutela y consejo Cristiano luce más en la cancha, aporta más a su equipo y termina ganando trofeos en la grama; no así portadas en la prensa amarillista.


• El miércoles por la noche hubo una reedición del clásico sudamericano por excelencia: Brasil-Argentina, y hubo decepción, doble. De los argentinos por no haber aprovechado una situación inmejorable para derrotar a los verdeamarelhos en su reducto. De los brasileros por la terrible imagen futbolística que mostraron en la cancha, liderada por Adriano, un jugador que es bueno para quejarse (como cuando lo pusieron en la cancha muy tarde contra Paraguay), muy bueno para beber (por lo que su carrera en Europa se truncó) y excelente para ser el jugador más sucio de la cancha ante la imposibilidad e impotencia de marcar goles. Adriano fue el epítome de un Brasil que no juega, sino que pega, y lo contradictorio es que ni Lucio ni Juan son los más sucios, sino Adriano, su centrodelantero, quien alevosamente hizo faltas arteras y reiteradas, todas bajo el paraguas del penoso arbitro Oscar Ruiz, quien no hizo más que fomentar el juego sucio y medir con baremos muy distintos la brusquedad de Argentina y de Brasil, favoreciendo siempre el reprobable y nada bonito jogo de los segundos. 

lunes, junio 16, 2008

Marcola habla


Dicen que la entrevista es apócrifa, que el periodista de O Globo Arnaldo Jabor se lo inventó todo. Falsa o no, lo cierto es que se trata de un análisis agudo sobre la situación actual de algunas sociedades latinoamericanas (Colombia, México, Brasil...) y que estas escalofriantes palabras atribuidas a Marcos Williams Herbas "Marcola", jefe de la organización criminal Primero Comando da Capital PCC, representan un auténtico desafío: ¿Revolución total y permanente? ¿El No-futuro del futuro? ¿El anti-discurso del punk llevado hasta sus últimas consecuencias?

- ¿Usted es del PCC?

- Más que eso, yo soy una señal de estos tiempos. Yo era pobre e invisible. Ustedes nunca se fijaron en mí durante décadas. Antiguamente era fácil resolver el problema de la miseria. El diagnostico era obvio: Migración rural, desnivel de renta, pocas villas miseria, discretas periferias; la solución nunca aparecía... ¿Qué hicieron? Nada.

¿El Gobierno Federal alguna vez reservó algún presupuesto para nosotros? Nosotros sólo éramos noticia en los derrumbes de las favelas de los cerros o en la música romántica sobre "la belleza de esas montañas al amanecer", esas cosas... Ahora somos ricos con la multinacional de la droga. Y ustedes se están muriendo de miedo. Nosotros somos el inicio tardío de vuestra conciencia social, ¿entiende? Yo soy culto. Leo al Dante en la prisión.

- Pero la solución sería...

- ¿Solución? No hay solución, hermano. La propia idea de "solución" ya es un error. ¿Alguna vez ha visto el tamaño de las 560 villas miseria de Río? ¿Ha viajado en helicóptero sobre la periferia de Sao Paulo? ¿Solución, cómo? Sólo la habría con muchos millones de dólares gastados organizadamente, con un gobernante de alto nivel, una inmensa voluntad política, crecimiento económico, revolución en la educación, urbanización general y todo tendría que ser bajo la batuta casi de una "tiranía esclarecida" que saltase por sobre la parálisis burocrática secular, que pasase por encima del Legislativo cómplice.

¿O usted cree que los chupasangres no van a actuar? Si se descuida van a robar hasta al PCC. Tendría que haber una reforma radical del proceso penal del país, tendría que haber comunicaciones e inteligencia entre policías municipales, provinciales y federales (nosotros hacemos hasta conference calls entre presidiarios...) Y todo eso costaría billones de dólares e implicaría una mudanza psicosocial profunda en la estructura política del país. O sea: es imposible. No hay solución.

- ¿Usted no tiene miedo a morir?

- Ustedes son los que tienen miedo a morir, yo no. Mejor dicho, aquí en la cárcel ustedes no pueden entrar y matarme, pero yo puedo mandar matarlos a ustedes allí afuera. Nosotros somos hombres-bombas. En las villas miseria hay cien mil hombres-bombas. Estamos en el centro de lo insoluble mismo. Ustedes en el bien y el mal y, en medio, la frontera de la muerte, la única frontera. Ya somos una nueva "especie", ya somos otros bichos, diferentes a ustedes. La muerte para ustedes es un drama cristiano en una cama, por un ataque al corazón. La muerte para nosotros es la comida diaria, tirados en una fosa común. ¿Ustedes intelectuales no hablan de lucha de clases, de ser marginal, ser héroe? Entonces ¡llegamos nosotros! ¡Ja, ja, ja...!

Yo leo mucho; leí 3.000 libros y leo a Dante, pero mis soldados son extrañas anomalías del desarrollo torcido de este país. No hay más proletarios, o infelices, o explotados. Hay una tercera cosa creciendo allí afuera, cultivada en el barro, educándose en el más absoluto analfabetismo, diplomándose en las cárceles, como un monstruo Alien escondido en los rincones de la ciudad. Ya surgió un nuevo lenguaje. ¿No han escuchado las grabaciones hechas "con autorización" de la justicia? Es eso. Es otra lengua. Está delante de una especie de post miseria. Eso. La post miseria genera una nueva cultura asesina, ayudada por la tecnología, satélites, celulares, Internet, armas modernas. Es la mierda con chips, con megabytes. Mis comandados son una mutación de la especie social. Son hongos de un gran error sucio.


- ¿Qué cambió en las periferias?

- Plata. Ahora tenemos plata. ¿Usted cree que quien tiene 40 millones de dólares como Beira Mar no manda? Con 40 millones de dólares la prisión es un hotel, un despacho... ¿Qué policía va a venir a quemar esa mina de oro? ¿Entiende? Nosotros somos una empresa moderna, rica. Si el funcionario vacila, es despedido y "puesto en el microondas". Ustedes son el estado quebrado, dominado por incompetentes. Nosotros tenemos métodos ágiles de gestión. Ustedes son lentos, burocráticos. Nosotros luchamos en terreno propio. Ustedes, en tierra extraña. Nosotros no tememos a la muerte. Ustedes mueren de miedo. Nosotros estamos bien armados. Ustedes tienen calibre 38.

Nosotros estamos en el ataque. Ustedes en la defensa. Ustedes tienen la manía del humanismo. Nosotros somos crueles, sin piedad. Ustedes nos transformaron en "super stars" del crimen. Nosotros los tenemos de payasos. Nosotros somos ayudados por la población de las villas miseria, por miedo o por amor. Ustedes son odiados. Ustedes son regionales, provincianos. Nuestras armas y productos vienen de afuera, somos "globales". Nosotros no nos olvidamos de ustedes, son nuestros "clientes". Ustedes nos olvidan cuando pasa el susto de la violencia que provocamos.

- ¿Pero, qué debemos hacer?

- Les voy a dar una idea, aunque sea en contra de mí. ¡Agarren a "los barones del polvo"! Hay diputados, senadores, hay generales, hay hasta ex presidentes del Paraguay en el medio de la cocaína y de las armas. ¿Pero, quién va a hacer eso? ¿El ejército? ¿Con qué plata? No tienen dinero ni para comida de los reclutas. El país está quebrado, sustentando un estado muerto con intereses del 20 % al año, y Lula todavía aumenta los gastos públicos, empleando 40 mil sinvergüenzas.

¿El ejército irá a luchar contra el PCC? Estoy leyendo Clausewitz, ’Sobre la Guerra’. No hay perspectiva de éxito. Nosotros somos hormigas devoradoras, escondidas en los rincones. Tenemos hasta misiles anti-tanque. Si embroman, van a salir unos Stinger. Para acabar con nosotros... solamente con una bomba atómica en las villas miseria. ¿Ya pensó en eso? ¿Ipanema radiactiva?


- Pero... ¿No habrá una solución?

- Ustedes sólo pueden llegar a algún éxito si desisten de defender la "normalidad". No hay más normalidad. Ustedes deben hacer una autocrítica de su propia incompetencia. Pero ser francos, en serio, en la moral. Estamos todos en el centro de lo insoluble. Sólo que nosotros vivimos de él y ustedes no tienen salida.

Sólo la mierda. Y nosotros ya trabajamos dentro de ella. Entiéndame, hermano, no hay solución. ¿Saben por qué? Porque ustedes no entienden ni la extensión del problema. Como escribió el divino Dante: "Pierdan todas las esperanzas. Estamos todos en el infierno".

Para mayor información sobre el personaje consultar este link.

domingo, junio 08, 2008

"My Blueberry Nights" o una empalagosa travesía norteamericana de Wong Kar-Wai


Un cineasta de la talla de Wong Kar-Wai no pasa desapercibido, sus trabajos han creado un legado que lo coloca hoy entre los directores más reputados del mundo entero, cada nueva obra crea una expectativa entre críticos, espectadores y fans repartidos por todo el orbe, desde la aparición y difusión de “In the Mood for Love” el nombre de Wong Kar-Wai fue calando paulatinamente en las mentes de los amantes del buen cine, justificando esa fama en los que desconociendo su pasado hicieron retrospectiva y descubrieron a un genio en estado puro, no ha un cineasta afortunado que había creado una joya sin contexto, sino a un autor magnífico que finalmente había creado la joya que le permitiera hacer que toda su obra anterior fuera justamente reconocida más allá de los círculos de críticos y expertos en cine de autor.

Obviamente, este florecimiento provocó grandes ansiedades en torno a que era lo próximo que produciría el brillante director hongkonés. El 2004 llegó “2046”, una obra que seguía la estela, la temática, la estética y al personaje de la loada “In the Mood for Love”. A muchos les fascinó la recurrencia de Wong (entre los cuales me encuentro), entendiendo que una etapa de su filmografía o un círculo de su narrativa esa congraciada y culminada con esa joya, para otros pese a su inmaculada hechura fue una realización redundante que no colmaba las expectativas puestas en él.


Lo que causó esta disyuntiva en torno a “2046” fue el postergar tácitamente el debate hasta ver a donde se dirigiría el tren creativo de Wong, que fue a dirigirse hacía “My Blueberry Nights” , película estrenada en Cannes del 2007.

Un año después de ese evento me tocó la satisfacción de enfrentarme a tal filme, habiendo tratado, desde su premier, alejarme de las repercusiones que se dieran en torno a la película para mantener mis juicios y mis expectativas intactas y no manipuladas. Lo único que pareció impregnar mi percepción sobre la cinta, era que ésta no había creado gran revuelo en los círculos cinéfilos.

Mis impresiones desde los primeros fotogramas me remitían hacía el pretérito fílmico del director; el manejo de los colores, la cadencia de los paneos, la búsqueda de intrincar las imágenes con los sonidos, personajes heridos y con cicatrices abiertas por tiempo, todo se remontaba a las maneras y temáticas patentadas del cine de Wong, lo cual no podía sino el regocijarme como espectador y como fan del cineasta.


Con el transcurrir del metraje mi entusiasmo fue disminuyendo, no así la belleza de las imágenes, pero si la recurrencia de los motivos clásicos de Wong, en un entorno ajeno y poco desentrañado, con unos personajes sin enjundia e incapaces de causar empatía (quitando quizás a Jude Law, quien encarna al personaje más envolvente de la película), personajes tibios en circunstancias conocidas, en parajes desconocidos, una mezcla de Wong con sus más confusas influencias de Godard y Wenders, dictadas a una musa (Norah Jones) que no transmite ni el pathos, ni la hierática expresividad de los héroes y heroínas del hongkonés.

Todo este desconcierto finalmente deriva en algo que jamás había sido un rasgo de la filmografía de Wong Kar-Wai, un final predecible y hasta un tanto empalagoso, como me imagino que será comerse entera una tarta de arándanos. El resultado de “My Blueberry Nights” nos otorga un “Chunking Express” sin vértigo, como si fuera un espejo insulso, distorsionado y extrapolado de ésta, con personajes impávidos que juegan a ser interesantes sin serlo y sin extrañar al magnífico Chris Doyle, ya que Darius Khondji cumple a la perfección tras la cámara; lo que si se extraña es ese entrañable bar llamado California con un Tony Leung, detrás de la vidriera, impaciente y descorazonado, esperando a la inefable Faye Wong, que quien sabe cuando se dignará en aparecer.


miércoles, junio 04, 2008

Takeshis: Príncipe, mendigo y creador insaciable



¿Qué tienen en común Sunset Boulevard, Le Mépris, 81/2 o Persona ? Que todas conllevan a esa sensación tan profundamente inquietante respecto a la modernidad cinematográfica: el cine se mira a sí mismo, el medio se enfoca en tanto que medio generando una puesta en abismo no apta para un público que carezca de audacia y de defensas contra las maldiciones del espejo.

¿No es esa la marca fundamental de la modernidad de todo arte? La toma de consciencia y el dominio de la re-presentación es lo que hizo que Cervantes hablara del Quijote en el Quijote o que Velásquez indujera al observador a un laberinto semiológico cuando se pintó pintando un cuadro que, en realidad, está de espaldas a sí mismo. De la misma manera, el cine, arte joven, conoció ese abismo con los filmes mentados en el párrafo anterior.

No era de extrañarse que Takeshi Kitano se empeñase en meter su cuchara en esa sopa de artistas absortos por el metalenguaje que, en su caso, no es otro que el del cine. Este director japonés es un autor con todas las de la ley: se puede decir que él abarca varios géneros pero que ningún género lo abarca a él. Sí, en un inicio Kitano era encasillado como un director de películas de yakuzas: cintas como Boiling Point y Violent Cop correspondían perfectamente al estereotipo, pero ya desde hace bastantes películas que este hombre no ha cesado de imponer su visión del mundo más allá del cosmos yakuza – que aparece más como un pretexto que como un fin en sí -. Hanna-Bi, Dolls y Zatoichi son testimonios de una voluntad poética gigantesca.


Recién llegó a mis manos Takeshis, opus que pasó desapercibido en los círculos cinéfilos en comparación con los tres anteriores: se trata de una película capaz de dejar absorto al mismo Fellini. La puesta en abismo de la puesta en abismo de la puesta en abismo. Takeshis es, para ubicar al lector, la Mulholland Drive de Kitano (entiéndase bien esta última aclaración, es decir, no esperar gritos rompevidrios ni viejos demoníacos dopados con pastillas de chiquitolina). Este genio japonés siempre había proporcionado guiños metalingüísticos y/u onírico-surrealistas (léase el baile final en Zatoichi que, hasta ese momento, había respetado meticulosamente el estilo japonés medieval), sin embargo esta obra va más allá, mucho más allá.

La historia se basa en la fábula “El Príncipe y el Mendigo”. Beat Takeshi es una exitosa estrella del cine yakuza que tiene el mundo a sus pies. Por otro lado está el Sr. Kitano, actor frustrado a más no poder, perdedor nato y condenado a la más sórdida soledad. Él sólo tiene un rasgo distintivo: es idéntico a Beat Takeshi solamente que con el pelo teñido rubio como su ídolo en uno de sus mayores papeles de yakuza. El filme nos sumerge en la vida de ambos: la una plagada de glamour bizarro y la del otro de tedio y melancolía. Sin ceder al “final abierto”, Kitano (que, como se esperarán, interpreta a los dos) nos mete en un mundo fascinante y taciturno como sólo él sabe: tan crítico de sí mismo como megalómano, este genio japonés se permite una libertad onírica y poética rara vez vista en la historia del cine. El montaje está plagado de insertos descontextualizados, el sopor y la locura infectan constantemente la imagen “real” y todo, impregnado de esa flema kitaniana que carga las emociones de tedio, vacío y, en fin, dulce y abrumadora nostalgia.

Una joya rara en la cinematografía de Takeshi Kitano: es una peli tan Kitano (en ella encontramos todas sus obsesiones) que probablemente sólo satisface a sus más encarecidos fans. Ahora entiendo por qué pasó desapercibida. Empero eso no quita que se trate de un manifiesto de autor, un manifiesto del cine contemporáneo y la obra más personal de este coloso del cine asiático.