martes, enero 20, 2009

Weeds: Maternidad, marihuana, muchas preguntas y algunas respuestas

Weeds es una serie norteamericana de televisión que forma parte de esos proyectos audiovisuales que caracterizan la década en curso y entre los cuales se incluyen: Los Sopranos, Dead Wood, Roma, Carnivale, Entourage, etc. Quizás iniciado por HBO, el concepto consiste en romper con las enormes limitaciones del sitcom y consolidar una estética cinematográfica a tope, además de proponer narrativas estrictamente concatenadas, sin recurrir al retorno sistemático al statu quo y menos aún preocuparse por lo “políticamente correcto”. El resultado es adentrarse en una “película” de 24, 36 o más horas; lo que equivale a decir que no es una “película” sino más bien algo nuevo. Un espacio simbólico (de representación) donde podemos llegar a lograr empatías de una manera inédita con muchos personajes, llegarlos a conocer como conocemos a un amigo o más, quizás como a nosotros mismos. Sí, probablemente el aporte más importante de nuestra década (los 00) al cosmos audiovisual sean estos titánicos relatos que antes no habían proliferado (los casos como Twin Peaks permanecieron aislados y se los puede contar con los dedos de una mano): me refiero a lo que se podría considerar como “series de autor”. No es justo hablar de esta proliferación sin mencionar el pequeño detalle de la existencia del DVD en la sociedad; lo que facilita el acceso, mantiene una rigurosa calidad, no contiene publicidad y permite un seguimiento ajustado al ritmo del cliente (cosa ajena a la tele con sus horarios y días de emisión). A esto hay que añadir (en el caso de los países tercermunistas sin mucha regulación), la maravillosa proliferación del mercado pirata que nos permite el acceso a (casi) TODO y a buen precio.

Volviendo al tema: Weeds es una serie norteamericana que versa sobre la vida de Nancy Botwin, una joven viuda, madre de dos varones adolescentes, en los suburbios clasemedieros de California. Ella, tras la súbita muerte de su marido se ve obligada a vender hierba para afrontar los gastos de su familia. Cada temporada (hasta ahora van cuatro) trata de las tribulaciones de esta hermosa (hermosísima) cuarentona, una heroína fuera de lo común metida en el mundo del tráfico de marihuana. La cosa ahonda en este tema desde la mayor cantidad de perspectivas posibles: ética, política, económica, sociológica, biológica, familiar, etc. Todo esto sazonado con un humor inteligente y poblado de personajes sumamente convincentes: Celia, la perra conservadora; Andy, el cuñado; Doug, el colgado amoral; Conrad y Helia, los mayoristas, etc. A pesar de que las aventuras de Nancy, cuando llega cansada a su casa en la noche, no tienen nada que ver con las de un trabajador promedio, no dejan de ser sumamente probables y realistas en el caso de una mamá abnegada y diler de mota.

Tras devorar a gusto (y bien acompañado) las cuatro temporadas de este sabroso manjar me he quedado pensando mucho y sobre muchas cosas, muchas preguntas envuelven mi cabeza y, cómo podría ser de otra manera, pocas afirmaciones vienen a socorrerme. Pero cuando lo hacen, lo hacen con contundencia. Es necesario plantear esas preguntas y creo que Weeds lo hace y de una manera muy neutra, amena y humana. Por ello, me parece que la mejor manera de introducir este producto al lector es, justamente, disponiendo ante sus ojos, esas inquietudes que me aparecieron tras rumiar los acontecimientos que acaecen en la mentada serie.

Pregunta: ¿Cómo están las sociedades modernas de primer mundo?

Respuesta: Podridas

Pregunta: ¿Qué es más nocivo para la sociedad: el consumo de estupefacientes o el tráfico de los mismos?

Respuesta: No lo sabemos aún. Habría que preguntarse cuál era el porcentaje de cocainómanos y la frecuencia de balaceras entre cárteles cuando la cocaína se vendía en las farmacias sin necesidad de receta y Freud inventaba el psicoanálisis.

Pregunta: ¿Esos más de 5000 muertos/año en la frontera mexicana-estadounidense por narcotráfico serían una realidad si las sustancias en cuestión fueran legales?

Respuesta: No

Pregunta: ¿Las medidas represivas de los estados son efectivas para frenar el consumo de estupefacientes?

Respuesta: Como manda la lógica económica dentro del capitalismo descabellado que nos toca vivir (ya lo sabemos todos y no hay que ser Talcott Parsons para darse cuenta), mientras haya demanda habrá oferta y eso es INEVITABLE. Y eso no ocurre exclusivamente con el tema de sustancias controladas sino también con asuntos como la pedofilia, el tráfico de órganos, el tráfico de armas, etc. Lo único que hacen los agentes represivos contra el narcotráfico es concentrar el poder de distribución de los narcóticos y quedarse con las (pequeñas) ganancias. A parte de la legalización NO HAY MANERA DE DETENER EL NARCOTRÁFICO.

Pregunta: ¿No sería más efectiva para una sociedad sana una política 100% educativa con respecto a las sustancias psicotrópicas, en lugar de una política 100% represiva (el caso de Bolivia es tal cual), sobre todo después de que esta última nos viene demostrando su fracaso durante toda su existencia?

Respuesta: Sí.

Pregunta: ¿Es justo que una planta como el cáñamo (considerada sacramental por muchas religiones y doctrinas espirituales, fuente de papel capaz de producir cuatro veces más de materia prima en el mismo espacio que el pino o el eucalipto, fuente de textiles y vestimenta, fuente de un aceite más accesible, sano y sabroso que el aceite de oliva, fuente de harina, pasta, barras energéticas y chocolate potencialmente industrializables, además de ser un maravilloso acompañante en la terapia contra el cáncer y el estrés) sea condenada a un nivel de ilegalidad comparable al de la cocaína y la heroína, considerando que una droga dura como el alcohol se vende legalmente?

Respuesta: No

Pregunta: ¿Si la marihuana se vendiera en las tiendas de abarrotes o supermercados habrían tantos accidentes automovilísticos, mujeres golpeadas, embarazos no deseados, violaciones, contagios de VIH, peleas callejeras, cocaínomanía, infidelidades matrimoniales, asaltos o intoxicaciones como en el caso del veneradísimo dios de la sociedad occidental llamado alcohol?

Respuesta: No. Un poco más de ganas de comer y de escuchar música.
Las cosas como son.

lunes, enero 12, 2009

El súmmum del asco humano

Sionistas, republicanos, cabezas del G8, peores hierbas del infierno: Los miembros mutilados que quedan en sus garras y entre sus dientes se levantarán como un volcán de alaridos que les carcomerán las plantas de los pies en ejercitos de hormigas y les corroerán las encías en ominosas, eternas noches de escalofríos infernales. Colgados de sus propios intestinos, observarán con dolor como, ante el espejo, la yegua de dientes afilados viene a morder las heridas putrefactas de sus almas y de las almas de sus semejantes, desde siempre condenadas, por siempre condenadas; el fango de la sangre de sus hijos les embadurnará los sueños… hasta que la muerte les muestre, cara a cara, la mancha que los constituye, desde el principio de los tiempos y desde muy dentro. La historia NO PERDONA.
¡Resiste Palestina! Que muy pronto TODO acabará.

martes, enero 06, 2009

Apuntes sobre los penales en el fútbol

"El pelotazo salió a la izquierda y el Gato Díaz fue para el mismo lado con una elegancia y una seguridad que nunca más volvió a tener. Constante Gauna miró al cielo y después se hecho a llorar. Nosotros saltamos del paredón y fuimos a mirar de cerca a Días, el viejo, el grandote, que miraba la pelota que tenía entre las manos como si hubiera sacado la sortija de la calesita"
Osvaldo Soriano, El penal más largo del mundo.

1. En marzo de 1984, un diario español difundió una extraña noticia: “El peruano Aldo Alfredo Durán, de 19 años, extremo derecho del club Deportivo Chao, de la localidad de Virú, departamento norteño de La Libertad, se suicidó con raticida por haber fallado un penalty contra el Deportivo Virú”.

2. Al defensor yugoslavo Djukic le siguió, para siempre, la maldición de haber fallado el penal que le daba el titulo español al Deportivo La Coruña a mediados de los 90. Cuando se acababa el partido en Riazor, cuando bastaba una victoria para acceder al campeonato soñado y el arco contrario parecía estar sellado por la mala suerte, el árbitro pitó un penal a favor del Depor. Bebeto rechazó patear la pena máxima y Djukic corrió toda la cancha para dispararlo. Lo falló y el Barcelona salió campeón. Ese equipo teñido por el sacrificio y la solidaridad, por el talento y la disciplina, ese equipo que dirigía el gran Arsenio Iglesias y que tenía en Donato, Mauro Silva y Bebeto una estructura brillante, perdía toda la gloria y el triunfo por un penal no concretado en el minuto 88 del último partido de la liga.

3. Osvaldo Soriano cuenta la historia de un pueblo que se juega toda la gloria en un penal que se alarga infinitamente y la gesta de un arquero “indio y viejo”, el Gato Díaz, que encuentra la fama y la dignidad al atajar ese penal.

¿Cómo se explica la tensión tan grande que se concentra en un penal? ¿Cómo se explica ese momento comprimido que es capaz de crear muerte y maldición pero también redención y gloria?

El fútbol es un espacio de tensiones equilibradas que forman polaridades distintas: polaridad entre equipos opuestos, entre ataque y defensa, entre victoria y derrota. Esa capacidad para crear tensión es una de las características esenciales que tiene el fútbol para producir pasiones y afiliaciones multitudinarias. En un penal toda la tensión equilibrada del juego se condensa y se amplifica; todos los nervios, las apuestas, los miedos, las fuerzas, las incertidumbres se concentran en un tiro de 12 metros desde un punto blanco en medio del área. No sólo la tensión se encripta en un penal, el azar y la suerte también se amplifican en este momento; la sapiencia, el talento y la planificación importan muy poco, al final es problema casi exclusivo de la contingencia. De ahí que los penales tengan una carga tan dramática y pasional, la tensión es extrema y sólo el azar existe.

4. Roberto Baggio falló el penal que definió la final del campeonato del mundo en 1994. El estandarte del talento italiano, el hombre que guió a su selección a la final, echaba la pelota por sobre el larguero y dejaba la posibilidad del campeonato de lado.

5. Desde la vergüenza y la ignominia se cobró aquel penal inexistente que le dio el campeonato mundial a Alemania en 1990 contra la combativa escuadra Argentina. Ese equipo que había vencido todas las lesiones, las dudas, las peleas; ese equipo comandado por el jugador más grande de la historia, luchando sobre una pierna, ese equipo que había plasmado toda su fuerza y dignidad en consecutivas victorias por penales, sufría perder la copa por un penal inexistente, injusto y absurdo.

6. En tal vez el mejor mundial de la historia, aparece el penal fallado por Zico en 1986 en la semifinal contra Francia, el fallar ese penal en tiempo reglamentario mandó a los brasileros a la definición por penales donde el gran Michel Platini falló también el suyo.

7. El penal más importante en nuestra historia seguramente es el fallado por “Platini” Sánchez, en la agonía del partido contra Brasil, en La Paz, en 1993. Recuerdo las caras de desesperación de los espectadores, la incredulidad de ese balón rebotando en las piernas de Taffarel, las lágrimas recorriendo la cara de Sánchez cuando abandonaba el partido. Recuerdo ese grito colectivo metido en la garganta de todos los bolivianos, recuerdo la impotencia frente a la desesperanza perpetua y la mala suerte congénita de nuestro pueblo. Recuerdo sobre todo ese penal porque en esos momentos demostramos que éramos diferentes, porque en ese instante ni toda la mala suerte del mundo podría habernos derrotado, porque el drama eterno de este pueblo encontraría minutos después un pedazo de redención; venceríamos pues ese golpe del destino convencional esbozado en el penal fallado y llegaría un gol de otro mundo, de otro estado de cosas, cuando la pelota pateada por Etcheverry se colaría entre las piernas de Taffarel.