martes, abril 28, 2009

De Zidane a Tabucchi: 50,000 visitantes de el lar

Cada blog comienza con unos cuantos posts eventuales y una supuesta propuesta en ciernes, pero es con el discurrir de los días, de las sucesivas publicaciones y del diverso caudal de lectores visitantes que el blog empieza a cobrar vida propia más allá de cualquier intención primigenia de los autores; hoy creemos que “el lar”, como llamamos familiarmente, ha tomado su propia entidad sugiriendo sus propias tendencias, reincidencias e innovaciones, invitando a personajes de ámbitos tan diversos como los puestos de fiambres callejeros del barrio paceño de Miraflores a ex-futbolistas del norte de Inglaterra, pasando por cineastas, cacheros, escritores, atorrantes, pintores, aparecidos, músicos, catarros, etc., y sus respectivos quehaceres en la vida, todo hilvanado con las experiencias y perspectivas particulares de la sarta autoral del blog.

Ese ser a veces informe a veces deforme de peculiares disquisiciones, ha pasado el umbral de los 50,000 visitantes y de los 150 posts, por lo que cabe agradecer de manera encarecida y grandilocuente a los lectores y visitantes que nos han permitido llegar a tal cifra, y señalar sino lo más importante, que ellos con sus lecturas nos han otorgado un motivo para seguir en la carretera dándole a la pluma. No queda más que abrir una botella de Singani y brindar con ustedes por que en lo venidero el lar de los conformes disconformes pueda aglutinar otros 50,000 rabiosos visitantes y al menos otros 150 posts plagados de sus comentarios que son los que enriquecen cualquiera de las pedanterías abordadas.

Un sentido saludo y abrazo a todos los visitantes que llegaron al lar hasta el día de hoy y un cálido brindis hasta sus respectivas latitudes.

martes, abril 21, 2009

"Sostiene Pereira": trayectoria de lo luctuoso a la celebración de la vida

Sostiene Tabucchi, que sostiene Pereira que dos psícologos y filósofos franceses (Ribot y Janet) sostienen que tenemos una confederación de almas las cuales son guiadas por un alma preeminente o un yo hegemónico que es el que dirige los derroteros y elecciones existenciales de ese determinado momento de la vida del ser humano en cuestión. Pereira está en una encrucijada de su vida que lo tiene incómodo, por no decir a la deriva, los cimientos que soportan su oronda existencia están tambaleándose, o quizás el alma que lleva la preeminencia en el momento que se inicia la novela se encuentra en una etapa de zozobra a punto de adoptar otro yo hegemónico, pero sea cual sea, el libro “Sostiene Pereira” del escritor italiano Antonio Tabucchi, situada en el Portugal anterior a la segunda guerra mundial, nos narra la peripecia vital de un periodista cultural lisboeta de adultez ya avanzada, voluminosa corpulencia y endeble salud que obsesionado con la muerte y con la plausible salvación del alma y con la poco probable salvación de la carne, enfrenta dilemas sobre los valores y prioridades que rigen su vida al encontrarse con Monteiro Rossi y su hermosa enamorada Marta, y como su relación con estos jóvenes revolucionarios trastornan su rutinaria y afincada vida y profesión.

Aparte de que el libro viene revestido de una prosa seductora, de una afabilidad hacia el lector y de una trama atractiva, el meollo de la novela es el personaje que sostiene todas las afirmaciones que constituyen el relato, el mismísimo Pereira. Personaje lleno de ribetes y magnífico retrato humano, el cual a través de las más de cien páginas se nos va revelando en pequeños detalles y que a partir de su aparente insignificancia de éstos se erige una de esas maravillosas esculturas vivas que pueblan el panteón de la literatura, rebosante de carisma, de una entrañable y cercana ternura y por sobre todo de una personalidad atribulada y dinámica que lo hace ver tan real, amigable y próximo.

Al gigantesco personaje de Pereira, sus epifanías y sus relaciones, el autor le añade el triste y hostil entorno que vivía el Portugal, España y la Europa de la época en las fauces de una contienda mundial que cambiaría los designios de la historia, así como de dictaduras sempiternas que dejaron cicatrices indelebles e insoslayables a ambos países peninsulares, lo cual dota a la narración de una tensión y encanto mayor. Sin duda “Sostiene Pereira” no sólo embelesa con su lectura, sino que deja a uno antojado de nutrirse de algún otro manjar literario del bueno de Tabucchi.

Con la muerte, los obituarios, la conversación con los muertos y las diferentes salvaciones soteriológicas como obsesiones de Pereira, la novela es una trayectoria que parte de lo luctuoso a una epifanía que celebra la vida y como uno no requiere de la muerte para hallar la salvación.

* Existe la película "Sostiene Pereira" interpretada por Marcello Mastroiani en una de sus últimas apariciones en la pantalla, el filme está dirigido por Roberto Faenza y es de 1996.

jueves, abril 16, 2009

The passenger

(Se recomienda encarecidamente emprender la lectura después de darle al botoncito play. Sino, joderse un tantín)

Recuerdo allá por el dos mil, más o menos, cuando descubrí el frenesí de “The Passenger”. Himno de himnos. Esa sí que es una canción que tan sólo al atravesar los nervios auditivos te hace invencible y si es de noche, padres, cuiden a sus hijas, policías, salgan a laburar. Porque LLEGÓ EL INVENCIBLE y todos (dentro y fuera de la pantalla) serían unos HIJOS DE PUTA y la PUTA MADRE QUE LOS PARIÓ A TODOS EN CASO CONTRARIO. Soy el invisible, en la noche de los gatos. Somos muchos, somos todos. Sí, sí, sí “The Passenger” es de esas canciones que, al acabarse, genera un vacío incorregible: no hay canción en el mundo que pueda suplirla en cuanto a intensidad y epifanía.

“The passenger” es la redención de todos nosotros so-zombies decadentes en medio de la tormenta de arena, en la ciudad de noche embrujada y piernas-carne de gallina: la medusa y sus hermanas en el asiento trasero lamiéndose los pies y una lata de cerveza vuela con alas de taparaco. Uno que otro cigarro. Todos locotos. Tantas chicas lobo y vestigios de luz de neón orinados desde esa terraza de casa arruinada en el centro. Siguen las luces siguen siguen. Esa canción nos salvó, nos bailó, nos fumó. Fin de semana, fin del mundo. Si Dios es bueno es bueno con toditos incluidos: esqueletos chascosos con ojera de platino y dientes de plastoformo, al ritmo insano del (otro) Flaco. Habiendo encontrado esta joya en un basurero. Habiendo bebido de este elixir en el lomo de un puercoespín. Noche de calor y nieves frías, historias las mías. Introducción a una nueva mística de la decadencia, volumen uno, volumen dos, volumen tres, subanlé volumen: rociándonos a cien por hora, escapando de la mañana como de un ratón…cantando la la la la la la la la la - la la la la la la la la la. Fiestas intestinales, humos infernales, todo, todo deviene belleza pura al son sónico de “The Passenger”. Todo deviene. Yo te veo y tú me ves por última vez. Esa es la ley nomás, salud, salud escarabajos y tortugas de ciudad, fantasmas eléctricos y simulacros de Apocalipsis en amargos sobres amargos. Esas brisas de ventanas entreabiertas y agujeros de cigarro mal apagado. Ya no son cuatro los jinetes, ya no. Recuerdo allá por el dos mil dos y dos mil tres: la la la la la la la la la - la la la la la la la la la. No hay nada más intenso. No hay nada más hermoso que esta noche de ciudad … No hay nada más hermoso que tú,

en esta noche;

invencible

noche

de ciudad.

lunes, abril 13, 2009

Crónica del desencuentro entre

Hay profecías imposibles de anunciar por mucha vocación que tenga uno de pájaro de mal agüero. Y ni siquiera ser el padre del nieto de un dios (humano, demasiado humano) puede conseguir que seas titular en el once de la albiceleste más proclive al mal de altura de todos los tiempos. Ni Einstein soportaría tanta relatividad...

Y probablemente mientras suenan los himnos hay quien sólo escuche sus propios pensamientos, voces que tal vez le sugieran: "No me sirve el número diez. No me siento el número uno." Ha llegado el día en que Lionel se toma en serio su mote. El día que olvidó tomarse su mate. ¿No me siguen...?

Cuando uno se llama Maradona y se la pasa la vida abrazado a Fidel, no puede retorcer la historia y perseguir el mito de morir longevo y hacerlo en la tierra donde pereció el Ché. Ni aunque tengas detrás una iglesia que te apoye el dogma...

No todo en la vida es fútbol. Seguro. Y no siempre la realidad supera la ficción. Ahora bien, en los días en que a todos los del Potro del mundo la boca se les vuelve orto, esos días en que la prepotencia te devuelve al estado de en vía de desarrollo; esos días son inolvidables...

Si el tal Agüero y el tal Messi soñaban con recoger el testigo de Maradona, si soñaban con sentarse a su diestra (la zurda es intocable), si el pibe se pensó que podía tener hasta dos heredereros en su seleccionado... Se equivocaron todos. Titular aquellos acontecimientos "Dos hombres y un destino" sólo tenía una cosa de cierto: Bolivia fue la tumba para todos ellos. No es dislexia señores. Bolivia 6, Argentina 1. ¡Bonita forma de bajarlos al suelo! Y que nadie se confunda: El oxígeno no cura los soponcios.

lunes, abril 06, 2009

Una vez pensé y sobreviví...

Lo primero que habría que decir de esta crisis mundial, es que es una crisis del primer mundo. Fuera de los confines de este, la crisis es el pan nuestro de cada día. De hecho, los ciclos económicos en los países que son el retrete de Occidente, se pueden dividir en nefastos o en "aquí tenemos una prueba que demuestra que siempre se puede ir a peor".

No sé si merece la pena enunciar alguna de las posibles recetas que curen esta gripe. De hecho, a veces creo que no estaría mal que el G-8 pillara una buena neumonía que lo dejase tiritando. Sólo que intuyo que los únicos cadáveres que llegarían a los cementerios fueran los de los siervos primermundistas. Pero sobre todo, antes de recitar cualquier posible decálogo con las respuestas que nos resuelvan el problema, creo que cabría analizar previamente qué nos ha traído hasta aquí: Porque es evidente que hemos llegado sin ayuda de nadie...

La primera cosa que se ha estado haciendo mal desde principios de los setenta, más concretamente desde el año 1973 cuando se nos avino la primera crisis del petróleo, es que ha desaparecido de la esfera pública la intelectualidad. Pensar era aburrido y además no resolvía nada... Era necesario que el debate desapareciera de la calle y circunscribirlo a la academia, para que la propaganda pudiese lograr los efectos que se perseguían. Si hay algo dañino para el sano ejercicio de la crítica y el pensamiento, es la demagogia y el malentendido relativismo. Porque hay que explicar que esta corriente de pensamiento no defiende que todas las ideas sean igualmente válidas, sino que todo análisis remite a unas circunstancias concretas, y ellas son las que condicionan dicho análisis. Por si alguien no termina de entenderlo: No se puede poner en el mismo plato de la balanza la miseria de África y a los homeless neoyorquinos.

A esta primera condición se le unió una segunda. Más que venir de la mano, diríase que son siamesas... En la política, se fue cambiando la división entre buenos y malos por hacer común la idea de "todos son iguales". Se ha ido extendiendo en todos los regímenes políticos, desde las más tradicionales democracias a las más largas dictaduras, que esté quien esté en el poder, la única pretensión de quien lo detenta es el propio beneficio. Tal barbaridad no iguala en modo alguno nada. Nos convierte a todos en seres que merecemos el peor de los destinos: El que tenemos. Entender la política de tal modo, la secuestra del ciudadano, lo vuelve un pelele en manos de quien gobierna. A ojos del tirano, hoy el hombre es un poco menos humano. ¿Qué sentido tiene rebelarse ante la injusticia si la revolución es tan sólo un cambio en los nombres de las puertas de los despachos? Esta idea que poco a poco a ido calando entre cada habitante de este mundo, tiene un efecto perverso: Sólo hay esperanza en un posible mesías...

Hay otros ingredientes en este cóctel de la desgracia, pero que el mejunje sea más dulce o amargo no menoscaba su condición de bebedizo con el que se trata de domesticar a la ciudadanía de cualquier lugar del orbe. Hoy, cualquier persona, sea cual sea su nacionalidad, ha de tomar conciencia de su servidumbre. Fuera de los ámbitos de poder, fuera de los lugares donde se deciden las leyes o las condiciones de vida de cualquier comunidad, sea cual sea la posición social o la remuneración, el ciudadano ha de hacer valer la única fuerza que posee: La del número. Si queremos dejar de ser esclavos, meras piezas del engranaje consumista, hemos de hacer valer nuestra fuerza de trabajo, nuestro capacidad de elección, la racionalidad en el consumo. Somos más. Tal vez seamos escoria, pero somos más. Sin nosotros, no son nada. Sin ellos, nosotros viviríamos mejor. Sin nosotros, ellos vivirán peor.

Hay que tomar conciencia del lugar real que ocupamos, de lo que queremos, de adónde queremos ir. No se puede seguir comiendo lo que otros han masticado antes. No podemos seguir haciendo propias las reflexiones de los demás. Querámoslo o no, somos los responsables de nuestro destino. Y si queremos que la palabra libertad adquiera algún sentido, hemos de poner en juego toda nuestra capacidad crítica no sólo ante las certezas externas, sino también ante nuestros miedos, errores y aciertos.

La Política es la ciencia que nos convoca a todos. Todos los días de nuestra vida están afectados por ella y sus consecuencias. ¿Querremos seguir cruzados de brazos?