Brasil se va del mundial, y como vino, con la actitud soberbia y prepotente de militar, pegando planchazos de impotencia como Felipe Melo (el que juega de Dunga en esta selección) al habilidoso Robben y creyendo que un tiempo de supremacía y chispazos de buen fútbol alcanzaba.
El primer tiempo fue todo de Brasil, las pocas situaciones de gol, el golazo de Robinho, la solidez defensiva de siempre y una Holanda despistada que lanzaba pelotazos sin ton ni son; el segundo tiempo fue otra historia, la pelota paso a las dependencias naranjas, los tres volantes adelantados (Robben, Sneijder y Kuyt) empezaron a crear circuitos de juego, la imbatibilidad de Julio César quedo mancillada por un grosero error entre él portero y el nefasto Felipe Melo (quien vale aclarar que hizo el gran pase para el gol de Robinho) ante un manejable centro de Sneijder, y ahí vino el gran mérito holandés que fue creer que podían ganar y no se refugiaron a buscar los penales, sino que siguieron intentando jugar al fútbol –en ese sentido éste mundial está siendo generoso con los que proponen, ya que casi y sino siempre los premia, no así a los mezquinos y rácanos- y así llego la explosión con un corner de perfecta ejecución de Robben, una magnífica peinada de Kuyt y un cabezazo durísimo de Sneijder a donde las arañas reposan. Después de eso a Brasil se le soltó la cadenita, perdió el norte, sus jugadores palidecieron, se olvidaron los porqués de su solidez y superioridad, Felipe Melo, como buen lugarteniente dunguesco, metió un planchazo incomprensible a Robben y le hizo el harakiri a su equipo, Dunga ni corto ni perezoso sacó a su goleador Luis Fabiano, incomprensible cambio por donde se vea (dónde estaba Ronaldinho donde se lo necesitaba), además de que Heitinga y Oojier estaban soberbios en la zaga de Holanda y así la nave brasileña naufragó como una mezcla de Titanic y acorazado militar.
Holanda sigue, y ojalá continúe creyendo en el desparpajo, en la pelota en el piso y en no salir a reservarse y guardarse nada como lo hizo en partidos pasados y en el primer tiempo de éste, ellos han comprobado como compensa esa actitud y hay que aprovechar que los dioses del fútbol, hartos del catenaccio y sus derivados, están siendo generosos con los propositivos y los agresivos con la puerta contraria. Sobre Brasil el fútbol le da la razón a los Garrinchas, Peles, Rivelinhos, Falcaos y Rivaldos, y no a los Dungas y Felipes Melos, ojalá Brasil vuelva a creer en la gambeta y no en la disciplina y visión corta del militarismo futbolero que lo terminó llevando a la ruina mundialera.
2 comentarios:
Hoy se ha hecho justicia. ¡¡¡Brasil a casa!!! Ganas les tenía. Y a quien se le ocurra pensar en comparar a ningún medio centro defensivo con Mauro Silva para justificar lo que llevan proponiendo los brasileños desde el mundial de 1998, mejor se vuelva para la madriguera a rumiar lo que no a alcanzan a entender.
Brasil no ha hecho absolutamente nada. Puro fuego artificial. Están más cerca del voleibol (como bien demostró Luis Fabiano) que del fútbol. Y a los que nos exigen respeto por la historia a quienes osamos criticarlos, que se pasen por la cátedra de "vigas en ojos propios". Tal vez en eso puedan demostrar su verdadera valía...
Iñaki, que memorias evocas con Mauro Silva, un maestro del centro del campo y hoy hay que lidiar con el vomitivo Melo, que diferencia. Lo que creo que hay que celebrar es que los dioses del fútbol están siendo dadivosos con los que deben durante este mundial, ya estábamos hartos de su letargo o más bien de su desidia. Un abrazo y hasta mañana.
Publicar un comentario