miércoles, febrero 28, 2007

Todo está en todas las cosas


Benito:

Estoy muy feliz de que te hayan dado la beca en Princeton. ¿Cuándo vas para Colombia? ¿Qué planes tenés? Anoche soñé que ambos escalábamos una estructura rarísima, una especie de torre o caracola invertida hecha de alambres y tejas que se desprendían fácilmente. Sabíamos que era peligroso y de hecho habíamos accedido a la torre mediante sobornos y otros mecanismos ilegales. Unos guardias parecidos a los soldados blancos de Star Wars vigilaban todo el tiempo nuestro ascenso. Tardábamos mucho en subir y en varias ocasiones estábamos a punto de caernos al vacío, pero finalmente lo conseguíamos. Llegábamos a la cima. Desde ahí arriba el paisaje era desolador: cuerpos martirizados, calderas humeantes en las que flotaban cabelleras humanas, gritos, mutilaciones, fosos de caimanes alimentados exclusivamente con pies y manos. Para resumir, estábamos sobre una versión posmoderna y vagamente tropical de un cuadro de Peter Bruegel. O mejor, era como un plagio de alguna secuencia de La montaña sagrada, la película de Alejandro Jodorowsky. El caso es que estábamos ahí arriba, en la cima de aquella estructura, rascándonos la cabeza, sumidos en un estado de ánimo parecido a la indiferencia. De pronto vos me decías: "ché, juan, ¿porqué subimos hasta acá?". Y yo me encogía de hombros, un poco perplejo porque me parecía que esa pregunta era como un tabú, que esa pregunta era precisamente lo que no se podía preguntar. "Debo fabricar una frase agramatical", pensaba en ese momento para mis adentros, "esa es la única forma de darle sentido a todo esto y de poner a girar la torre". Entonces me ponía a pensar en la maldita frase pero no me salía nada, no era capaz de componer una buena frase agramatical. Después de un rato, no sé cómo, vos me leías la mente y pronunciabas un verso de Cummings: "he sang his didn´t he danced his did". Y ahí se acabó el sueño. No sé qué demonios signifique, si es que los sueños significan algo o si es que el significado significa algo alguna vez.
Boletín de noticias:
1. Hace cuatro días vi Inland Empire, la última película (?) de David Lynch. Salí del cine cansadísimo después de tres horas de intenso lavado cerebral, me dolía la espalda, mis ojos estaban hinchados. La crítica debe ser como una colonia de bacterias que se adhieren a un organismo y se alimentan de él, prosperan en él. En ese sentido, dudo mucho que pueda haber algún tipo de bacteria que pueda vivir de Inland Empire. Habría que descubrir una nueva especie o crearla mediante manipulación genética. ¿Qué se puede decir de un artefacto narrativo que habla tanto de sí mismo que obstaculiza cualquier intento de apostilla o comentario? (¿pero qué sería ese sí mismo de algo que es incluso otro respecto de sí mismo? ¿Puede haber un sí mismo en algo que no para de suprimir su mismidad?). Y claro, con todo esto uno podría caer fácilmente en la tentación de leer a Lynch como una especie de Derridà para dummies. Pero creo que eso significaría perderse una buena tajada de lo que Inland Empire intenta contarnos o hacernos vivir.
2. Desde hace cuatro días me despierto sudoroso en plena noche y me pregunto obsesivamente: ¿porqué le interesa tanto a Lynch el concepto del "playback"? ¿Será sólo por una vaina tipo cuestionamiento-de-la-identidad-impostación, la-voz-como-máscara, el estatus-paradójico-de-la-grabación-de-la-voz-como-algo-muerto-que-
posee-el-cuerpo-de-un-ser-vivo? (bla, bla, bla). Sí, seguramente todo eso tiene que ver. Pero creo que hay algo más, hay algo que es siempre suplementario en la secuencia del playback del teatro en Mulholland Drive, una de las cosas más estremecedoras que he visto nunca en un cine.
3. Desde hace cuatro días me despierto sudoroso en plena noche y me pregunto obsesivamente: ¿porqué contrata Lynch a Laura Harring, ex-miss América, secundaria en telefilmes de bajísimo presupuesto, para que interprete a una aspirante a actriz de Hollywood que ha perdido la memoria misteriosamente?
4. Desde hace cuatro días me despierto sudoroso en plena noche y me pregunto obsesivamente: ¿porqué la vida no me ha dado la oportunidad de morderle las tetas y el culo a Laura Helena Harring? ¿Llegará un día en que Laura Helena Harring me mire como mira a Naomi Watts mientras yo se la meto por el número dos?
5. Una cita: "A Quentin Tarantino le interesa ver cómo a un tío le cortan la oreja. A David Lynch le interesa la oreja", David Foster Wallace.
6. Esta mañana me levanté radiante, pese a las grandes cantidades de alcohol ingeridas ayer durante la celebración del cumpleaños de Ángel. Tomé dos tazas de café, leí un ensayo magnífico de Susan Sontag sobre Barthes mientras hacía caca, luego recordé el sueño Jodorowskiano de la estructura extraña y me senté en mi escritorio para leer mi mail. Tamaña sorpresa me llevé al ver el mensaje de un tal Brian Teuber, ejecutivo de una empresa que vende alimento para mascotas. El tono de su misiva era bastante misterioso, o al menos así me lo pareció porque hablaba como si me estuviera contratando para una reunión de espías. En suma, todo indica que tu papá me recomendó con el Señor Teuber y ahora el tipo quiere que yo haga de intérprete durante una reunión que sostendrá con los representantes españoles de su compañía. ¿De qué hablan los ejecutivos de las empresas de alimentos para mascotas? ¿En qué idioma hablan? ¿Usan el argot del mundo de los negocios? ¿Se comunican mediante ladridos o sonidos guturales? ¿Cuánto le cobro por las seis horas de trabajo para las que quiere contratarme? En serio, ¿cuánto le cobro?
7. ¿Hay alguna relación entre la compañía de alimento para mascotas del Señor Teuber e Inland Empire? ¿Hay alguna relación entre mi sueño y la extraña carta del Señor Teuber? ¿Es el Señor Teuber un emisario secreto de Inland Empire? ¿Qué coño tiene que ver tu beca en Princeton con la secuencia de los hombres con cabeza de conejo de Inland Empire? ¿Cómo coño se conectan entre sí los elementos y temas de este mensaje? Al demonio, ya estoy diciendo güevonadas.
FIN DEL BOLETÍN.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Se me borró el comentario

Pero básicamente te decía que aparte de que la frase de la oreja es genial, todo tu post lo es porque te has acercado a Lynch de la única manera posible para participar en su INLAND EMPIRE... con un sueño.

(Diego Loayza) Oneiros dijo...

La verbalización, racionalización, reducción, explicación, todo, todo es vano cuando se habla de una obra Lynch (hay testarudos que hasta nos mandamos tesis al respecto). Los desafortunados cinéfilos bolivianos no podemos ver el opus del maestro ni en pantalla grande ni en pantalla chica, empero, creo que es posible hacer una crítica de la película igual de cabal que la que haría alguien que la ha visto: una mujer en problemas, mundos dentro de mundos dentro de mundos, una película cargada de una maldición gitana, una telenovela de conejos, Nicki, Sue, ¿Cuándo? ¿Quién? Es como una droga: entiendes que provoca sensaciones pero hasta que no la vives estas en pelotas. El cine de Lynch es una experiencia tal que permite hacer una crítica igual de vana a alguien que la vio como que no la vio. Las palabras se deslizan sin afectar el corazón del objeto y este, por resistirse a la etiqueta, provoca terror. La cosa es vivir la experiencia, consumirla, eso es arte, joder!!
Suertudos los que la vieron, a los que no, les recomiendo que cuando compren entrada pidan ida y vuelta, lo contrario puede ser peligroso. Saludos, chichudos!!

Anónimo dijo...

He de decir que siguiendo un poco el commentario anterior también muchas veces se niega la posibilidad de especular con su cine como si eso fuera negarle a la película su capacidad experimental, lo cual creo que es un error. También tenemos derecho a rompernos la cabeza con sus películas.

(Diego Loayza) Oneiros dijo...

Claro que tenemos derecho, como te digo, habemos testarudos que nos mandamos paginas de paginas al respecto, si es un ejercicio mental de los más gustosos. Empero, me mantengo firme, la experiencia es la única via de acceso al sentido definitivo de la obra. Nada más.