“Copia conforme” (“Copie conforme”), es la última película del maestro iraní Abbas Kiarostami, quien por primera vez realiza un filme fuera de su país. Hace ya algunos años mi tía, que es admiradora de Juliette Binoche, me decía, que uno de los grandes anhelos de la afamada actriz era poder hacer una película con el director iraní, después de un tiempo prudencial su cometido se cumplió y el encuentro final entre director/actriz resultó sumamente convincente.
“Copia conforme” parece versar sobre el encuentro de un escritor inglés y crítico arte/literatura y una vendedora de arte francesa admiradora del trabajo del primero en la Toscana italiana. Este encuentro permite al director debatir sobre diferentes temas relacionados al arte, como el interminable debate del estatuto sobre la copia y el original, pero sobre todo le otorga la posibilidad de jugar con los roles e identidades de sus protagonistas que sin ninguna ruptura aparente tornan sus personalidades, sus vínculos personales y sentimentales, su relación con el pretérito y tantos otros matices que permiten dos sobresalientes interpretaciones por parte de Binoche y de William Shimell.
Todo el desarrollo del filme se desemvuelve a partir de la subida al coche de ella para dar un paseo por interesantes sitios de la preciosa Toscana. Como siempre Kiarostami es un magistral filmador de pasajeros en coches en movimiento (ver por ejemplo “Ten” o “El sabor de la cereza”), uno los sus motivos cinematográficos favoritos, y en este caso su cámara sin moverse en absoluto presenta un plano formidable donde se superponen tres capas de imágenes, los protagonistas sentados en los dos asientos delanteros, el paisaje del fondo que va cambiando según va dejando atrás el motorizado, y el reflejo que nos brinda el parabrisas con toda una arquitectura invertida de la ciudad que van abandonando con el cielo como firmamento. La cantidad de información visual no deja de ser deleitable y se erige como una de las secuencias más lindas jamas filmadas con un plano fijo mezclando en incesante movimiento del automóvil; si a eso le sumamos toda lo conversado, el rebalse de información y la preciosidad de la imágenes nos provocan poder repetir de nuevo la experiencia de contemplar ese mismo plano una y otra vez.
La película homenajea a varias películas de viajes sentimentales como ser “Te querré siempre” (“Viaggio in Italia), obra maestra de Roberto Rosellini con la bella Ingrid Bergman y George Sanders que interpretan un matrimonio que zozobra en un recorrido ante los fastuosos paisajes de Napoles, o la adolescente travesía por Viena de Richard Linklater “Antes del amanecer” (“Before Sunrise”) con Ethan Hawke y Julie Delpy.
Siempre es un placer ver una película de Abbas Kiarostami, y en su primera incursión occidental, el pulso de su cámara y de sus encuadres, de su ritmo narrativo y de la pléyade de matices que aborda cada vez que se lanza a filmar, triunfa como siempre, no sin la ayuda de sus extraordinarios actores de donde sobresale un impresionante Juliette Binoche, que con muy buen tino anhela y atisbaba un encuentro cinematográfico tan delicioso como fructífero.
3 comentarios:
Espero que este mes y medio sin noticias vuestras haya sido porque lo habéis invertido en películas tan maravillosas como la de Kiarostami. O discos como el de Kanye West.
Alfonso, gracias por tus palabras, esperamos recomponernos del azoramiento producido por Kanye y Abbas y poder ser más asiduos con nuestros posts. De mientras un fuerte abrazo desde las alturas paceñas.
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besos
Catherine
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