El 2009 se fue pero, en lo que respecta al cine, nos dejó un buen sabor de boca. Admiradores de tantos cineastas o autores de raigambre y paladar tan distinto como ser Ken Loach, Terry Gilliam, Quentin Tarantino, Lars von Trier o Michael Haneke, el 2009 nos ofreció nuevas propuestas de los mismos, todas ellas estrenadas en Cannes, que en la mayoría de los casos causó algo más parecido a la algarabía que al desencanto.
Para empezar, Ken Loach venía de ser el triunfador de la Palma de Oro con su filme anterior “The wind that shakes de barley” (El viento que agita la cebada), narrando las peripecias de la liberación de Irlanda y su posterior guerra civil. La película si bien está muy bien hecha no deja de parecer sobrevalorada y de estar muy lejana de los mejores momentos del realizador que firma “Raining stones” (Lloviendo piedras), “My name is Joe” (Mi nombre es Joe) o “Sweet Sixteen” (Dulces dieciséis). En primavera Loach nos presentó “Looking for Eric” (Buscando a Eric), en la que retoma a sus atribulados personajes de clase media baja alcanzado nuevas dimensiones temáticas cuando Eric Cantona, el ídolo futbolístico del protagonista, como si fuera un hada madrina, descubre en su protector un escape para poner en orden su vida, una tragicomedia al estilo Loach con un final hilarante que otorga un nuevo giro a su cine de realismo tan patético.
Terry Gilliam, el maestro del cine fantástico, que después de el caos y la aciaga desventura que privó la conclusión de su largometraje sobre el Quijote, filmó dos obras,“The brothers Grimm” (Los hermanos Grimm), sumamente desafortunada y “Tideland” que pese a gustar mucho a otros, a mi me pareció muy irregular, que dejaron muy en entredicho la forma artística de tan reputado director. “The imaginarium of Doctor Parnassus” (El imaginario del Doctor Parnassus) es un regreso al Gilliam clásico, película que pertenece al vecindario del Barón Munchausen, tiene interpretes e interpretaciones excelentes como el finado Heath Ledger, en su última actuación, el fabuloso Tom Waits, interpretando al Maligno, y Christopher Plummer, impoluto como el mismo Parnassus. Gilliam envuelve a todo este elenco con imágenes que solo él puede imaginar y plasmar, dotando a su universo fílmico de otra pieza que hace rememorar las mejores virtudes del ex-Monty Python.
De Quentin Tarantino ya habíamos escrito que en “Death Proof” después de sus Kill Bills, el director parecía estar agotando su imaginación y estar cayendo en un espiral de citas ajenas y citas propias, que daba cuenta de una preocupante anemia creativa. A diferencia de Gilliam y de Loach, lo que más alegro y sorprendió de la película de Tarantino “Inglorious Basterds” (Malditos bastardos o Bastardos sin gloria) es que no se repite a si mismo, sino que con un estilo reconocible nos ofrece algo fresco, novedoso, siempre gracioso y como siempre disfrutable. No deja jamás de citar a otros cineastas, se reconoce una llegada a la guisa Leone (Once upon a time in the west), un inmenso rostro cinematográfico al estilo Bergman (Persona) y un descenso por las escaleras que firmaría Hitchcock (Notorious), por mencionar solo algunos de tantos guiños cinéfilos tan amados por el estadounidense. “Inglorious Basterds” nos otorga una sarta de personajes tan despreciables como entrañables, diálogos Tarantino provenientes de una nueva e innovadora raigambre, una trama que trata con sorna a la historia y que aprovecha para traicionar con cada giro las expectativas del espectador, haciendo un conjunto triunfal de película que nos refresca todas las esperanzas en el innato talento de Tarantino, del cual añoramos no en un futuro muy lejano un western que haga nuestras delicias.
De Michael Haneke, ganador de la Palma de Oro, de éste año nos aguarda todavía la contemplación de “The White Ribbon”, que seguramente seguirá la estela de “Caché” (Escondido), una película extraordinaria, y no la morosa repetición plano a plano de “Funny Games” cuya primigenia versión alemana era también excelente y terrorífica. Lamentablemente el único de los grandes directores aquí mencionados, que pifió totalmente con su propuesta fue Lars von Trier. El danés estrenó “The Antichrist” (El anticristo), un fallido y engorroso alegato de la castidad católica, causando risas bochornosas en vez de su pretendido asco, escándalo y polémica.
Esperemos que el 2010 nos devele satisfactorias muestras de directores que nos embelesaron con sus películas de antaño, pero que hace algún tiempo vienen jugando a repetirse a ellos mismos con muy poca sutileza y fortuna. Saludos y un fuerte abrazo para un nuevo año lleno de buenas películas.
7 comentarios:
A mi juicio Tideland es un peliculón, no vi Parnassus, pero las aventuras de Jeliza Rose denotan un punto álgido en la cinematografía de este genio. Es una pesadilla Gilliamesca de lo más puro como Brazil o Miedo y asco.
En cuanto a Inglorius Basterds, lo único que hace que la peli no sea redondita respecto a sus pretensiones es que el Popeye de Brad Pitt salga con las dos orejas, todos los dedos o los dos ojos... el despiadado Quentin se apiada de un personaje no muy carismático.
La mejor que vi de 2009 es, posiblemente, Looking for Eric.
Saludos
Oneiros, ya has observado que no tengo un concepto muy alto de "Tideland", pero si concuerdo absolutamente en que Pitt consigue unas prerrogativas que Tarantino solo le debe otorgar a Uma. "looking for Eric" está muy muy bien, saludos.
The White Ribbon fue la gran experiencia del año 2009, Haneke evoluciona sin perder su esencia...!!!
Gracias por la recomendación,es un gran
espacio de nivel.
Se aprende y disfruta.
Saludo desde Argentina,Liliana
Iván, estoy pendiente de conseguir The White Ribbon, estoy seguro que será una experiencia muy poderosa, como tu bien dices, Haneke viene haciendo las cosas muy bien, sobre todo con Cache y las anteriores, siempre perturbador el hombre.
Liliana, muchas gracias por tus palabras, ojalá puedas disfrutar de algunas de las películas aludidas.
Saludos y abrazos para ambos, esperando que se hagan asiduos por estos lares!!!
Anticristo de Lars es mucho más de lo que se ve y se describe aquí. Es una obra machista, describe a la mujer como el origen del mal pero el fin de este está en el hombre. Llena de simbolismos (no cinematográficos) es una obra perturbadora y realmente inquietante. Definitivamente está lejos de lo mejor de este gran autor, pero hacer que caiga en lo fallido, es una percepción muy superficial.
José, estás en lo cierto "El Anticristo" de von Trier tiene mucho más del somero comentario que se hace en éste post, por eso hay una crítica entera a la película en un post anterior cuyo link pongo aquí: http://el-lar.blogspot.com/2009/11/anticristo-de-von-trier-un-catolico.html . Fue mi culpa no linkear todos los artículos anteriores publicados en el lar sobre los mencionados autores, ahora enmiendo ese error y se podrá acceder a los mismos desde este post. Ya me dirás tu parecer para seguir discutiendo cuando leas el texto entero, saludos y gracias por el comentario.
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