Hace algunos años atrás, después de ver “Dogville”, me puse a pensar en el rol de Lars von Trier en el panorama del cine contemporáneo. Mis devaneos me llevaron a compararlo, con todos los matices pensables, con un Godard actual, ya que el danés además de haber realizado excelente películas, a través de gran parte de su filmografía nos ha otorgado un cine experimental, de intenciones vanguardistas e innovadoras. Cabe pensar en las poderosas imágenes que mezclan el blanco y negro con el color de la excelente “Europa”, el pueblo trazado solo con tiza y sin paredes de “Dogville”, la crudeza de la imagen y la cámara en mano en amalgama con las cuidadísimas escenas genéricas de danza en “Dancer in the dark” (Bailar en la oscuridad) o la creación de la revolucionaria tendencia fílmica que instauraron junto a Thomas Vinterberg, conocida como Dogme 95, cuyo manifiesto incluía un voto de castidad expresado en 10 reglas limitativas que no deben violarse para que una película sea categorizada y aprobada como Dogma, su aporte fílmico fue la perturbadora “Los idiotas”, tratando de que el cine sea lo más cercano posible a la realidad.
Todo el bagaje cinematográfico anterior nos señala a un personaje con tremendas ambiciones de encontrar recovecos formales y expresivos a su arte, como lo hizo y lo sigue haciendo el monstruo francés Godard. En cuanto a las temáticas abordadas por von Trier, uno puede percatarse de su visión trágica y pesimista de la realidad, donde por ejemplo sus heroínas Emily Watson (“Breaking the waves”, Rompiendo las olas), Björk (“Dancer in the dark”) o Nicole Kidman (“Dogville”) son llevadas a situaciones extremas de paulatino dramatismo donde el dolor y la desdicha va in crescendo hasta llegar a desenlaces sin redención posible (quizás con la excepción de Kidman en “Dogville”); von Trier incluso parece solazarse en el dolor y en el castigo padecido por sus protagonistas femeninas, como si el sufrimiento acumulado sea una especie de castigo teleológico e insondablemente merecido debido a una honda culpa. El director de cine se convierte en un Yahvé omnipotente, cruel y vengativo.
Muchos rasgos en la trayectoria fílmica de von Trier, como la anterior alusión, a sus perversidades de director mesiánico, evocan un profundo sentimiento católico, en el cual la culpa y el castigo tienen un rol esencial. En su último esfuerzo “Anticristo” von Trier retoma los motivos católicos para producir una película, que según sus propias aseveraciones, que lo salve de la profunda depresión en la que se encontraba mientras la filmó. “Anticristo” en su estreno en Cannes causó grandes revuelos y polémicas, debido a perturbadoras imágenes sexuales. Como siempre pasa con películas muy polémicas, unos las denostan y otros las loan.
En mi visión particular de la película, creo que en el “Anticristo”, aflora otra profunda concepción católica que es el rechazo y la repugnancia a todo lo no utilitario del sexo, por lo que me parece que von Trier procura expresar con ésta película es un alegato anti-sexual. El prólogo del filme, bellamente filmado en cámara lenta, blanco y negro y con música de ópera, nos muestra el apasionado coito que tiene posesos a una mujer y un hombre (los protagonistas de la película), mientras su pequeño hijo salta de su cuna, trepa a una mesa y se lanza de la ventana provocando su muerte. Este hecho desencadena una traumática relación entre la pareja, donde la más convulsionada es la mujer, y en la que el hombre pretende ayudarla ejerciendo su oficio de terapeuta profesional, lo cual los llevará a una casa perdida en el medio del bosque denominada “Edén” (otra alusión cristiana) donde procurarán curar los traumas de la mujer. Durante todo el metraje, la comunicación entre la pareja parece imposible, exceptuando los momentos de arrebatos carnales, generalmente iniciados por ella. La incomunicación va llevando la relación hasta un punto de desborde donde en el enésimo encuentro sexual termina por presenciarse las tan controvertidas imágenes de una eyaculación de sangre y una ablación en primer plano. La liberación de la mujer sólo llega cuando en estado de transe o de locura se libra de todas sus ataduras sexuales, machuca brutalmente los genitales del hombre, se deshace de su propio órgano del placer, paraliza de forma sádica la motricidad de su esposo y así sana las culpas de la muerte de su vástago provocadas por ese demonio carnal que es el sexo. La brutalidad e irracionalidad con que actúa la mujer, nos otorga otro rasgo de mirada peyorativa hacía la mujer, lo cual nos remite a esa misoginia subyacente que siempre suele presentar von Trier, otra faceta más de catolicismo reaccionario.
Finalmente, lo que sería una película atrevida e impresionante, ésta vez no pasa de ser una pifia completa de Lars, su intento de ser trágico al principio y descarnado y brutalmente explícito al final, quedan como muestras de una película muy fallida, que tienda más a lo hilarante por la banalidad de sus imágenes y de su narrativa, que de una película polémica, alevosa e incomprendida. Los prejuicios católicos del director, su evidente alegato anti-sexual y su gratuita y casi cómica explicitud, hacen del “Anticristo” un fútil y fracasado cóctel que no creo que ni cure depresiones ni indigestiones ni que provoque ninguna de las dos.
10 comentarios:
....Ya estoy deseosa de ver Anticristo.. Una mujer llorando es una traicionera?
aresbcn, ya me daré un vuelco por tu blog.
LUNAVE, ya me dirás que te parece lo último del Lars; y en relación a tu pregunta, no creo que una mujer llorando sea una traicionera, pero indudablemente una mujer llorando levanta mínimamente una gran incógnita.
Saludos!!!
A veces adoro a Von Trier y en otras ocasiones me entran ganas de dar e de hostias. Con Los Idiotas me sucedió los segundo. Tengo ganas de ver Anticristo a ver hacia donde se decanta la balanza.
Saludos.
Lorbada, estoy contigo, von Trier no se trae las medias tintas, pero en éste caso no me dieron ganas de agarrarlo a hostias que creo era su intención, sino de tirarme al piso de carcajadas. Un abrazo!!!
Yo no tacharía Anticristo de una pifia pero sí, quizás, sea la más floja que he visto de Von Trier y de lejos. El problema con las películas controversiales es que entran en un mismo cajón y la gente se olvida de juzgar si son buenas o malas o más o menos. Además de que se tratan de películas que hacen tomar consciencia del cuerpo (no tan parecido al propuesto por Loreal), de los valores respecto a él, la violencia, la muerte, etc. etc. de manera que a la gente se le hace imposible separar sus valores morales de sus valores estéticos. Para mucha gente Crash de Cronenberg es una burla de mal gusto y los comprendo pero quisiera invitarlos a verla con mis ojos y mostrarles que es una película digna de ser reverenciada como obra maestra. Anticristo, debo confesarlo, me atrajo mucho al principio y fue el desenlance que me dejó un poco decepcionado y no debido a la eyaculación de sangre ni a la ablación (maravillosamente filmadas) sino a aquello que afecta a cualquier película: los personajes pierden credibilidad, sientes la mano de alguien exterior forzando, precipitando la narrativa. Las imágenes son bellas y debe ser, de lejos, la peli más preciosista de VT y en eso, para mi, entra entre las más originales y "hermosas" de la década... tan así que el principio me parece hasta empalagoso y lo comparo con el corto de Barney en el festival de cine de Springfield en Los Simpsons. Aparte de eso estamos ante un Von Trier puro y duro. La fórmula es así: la mujer, por ser encantadora, por alejar al hombre de su camino de la perfección, DEBE ser castigada. En esta peli la formula se aplica con leves variaciones: esta vez la que se castiga es ella misma, por dar-se placer, por alejar-se de la perfección.
¿Quién es o qué es el Anticristo? ¿El sexo? ¿La fornicación? No, a mi juicio, el Anticristo es la psicología moderna, la idea positivista de enfrentar las interioridades humanas de guiar, de pastorear a las personas, mutilando (como a un clítoris) la noción de espíritus y de almas... porque Anticristo tiene una nueva inquietud metafísica (que se dejaba entrever en Breaking the waves), una indagación sobre el mal en tanto que entidad. Una voluntad secreta de creer en el alma y en las almas (aunque éstas estén podridas) se denota en la fotografía onírica y los sonidos perturbadores (sobre todo los del último plano).
La diferencia entre esta peli y las otras es que, al estar rodeados de artificios cinematográficos, los personajes quedan descuidados y, al final, ya bloquean el complejo de identificación que cualquier película debe cumplir para llegar a la audiencia (como Breaking the waves o Dancer in the dark o Los idiotas). En ese sentido digo que quizás lo que perjudica a este Von Trier es su preciosismo.
En fin, me parece que es una peli que, como peli, no debería quedar entre los grandes logros de Von Trier ni del cine, aunque no la tacharía de burla porque no puedo negar que en ella vi gérmenes de un cine muy interesante, de un tránsito en VT y momentos alucinantes (literalmente, como el del zorro que anuncia aquello que todos sabemos).
A los escandalizados les digo esta frase que siempre es útil, y en toda edad de la vida: película es nomás.
No me quedo clara tu postura respecto a la temática, hasta que lei tu comentario sobre el desenlace, que lo que pierde fuerza es el personaje. Eso de arrojar a los hijos al infierno en pleno acto sexual es muy a la escolástica jajaja, pero yo me la paso bien cuando me enviaron aca, que se joda el señor. Y para parar esa masacre nos castran,jjajaja. Representación del deseo infinito de lo uno de la unidad al estilo Heliogábalo, pero ya nos dijeron en voz baja que esto fracasa. Un deseo nunca resuelto como lo dice Artaud.
No vi "Anticristo" la película de Von Trier que comentás, pero sí "Dogville" y "Manderley" y me gustaron, aunque la visión que nos da es amarga. Pero, buena parte del mundo no es un pan de azúcar y eso hay que mostrarlo. Seguiré fisgoneando tu blog. Saludos.-
J. C. Conde Sauné
No vi "Anticristo" la película de Von Trier que comentás, pero sí "Dogville" y "Manderley" y me gustaron, aunque la visión que nos da es amarga. Pero, buena parte del mundo no es un pan de azúcar y eso hay que mostrarlo. Seguiré fisgoneando tu blog. Saludos.-
J. C. Conde Sauné
JC, es cierto que el mundo es crudo y pocos lo retratan con tanta agudeza y crueldad es von Trier. Ya me dirás tu opinión sobre el filme tratado y gracias por visitar el blog. Un abrazo!!!
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