miércoles, mayo 13, 2009

El éxodo como clave del fortalecimiento de selecciones nacionales y ligas locales

Nos presenta el fútbol de hoy dos hegemonías, la primera a nivel selecciones nos enseña una España espléndida, campeona de Europa como hace tiempo no se veía, dueña de los merecimientos indiscutibles, y otra que es Inglaterra a nivel ligas, ya que desde hace por lo menos un lustro el fútbol inglés posiciona a uno, dos o tres de sus equipos entre los semifinalistas de la Champions League, llegando al culmen el pasado mayo con un enfrentamiento final entre dos británicos. Estas hegemonías que hoy presentan en sus diferentes rubros España e Inglaterra son fluctuantes, otrora las mejores ligas del mundo fueron Italia para luego pasar a España para estar hoy en la isla; en lo que a selecciones respecta Alemania fue durante un gran tiempo dominador del viejo continente para luego ceder el sitial a Francia. Todo este discurrir, si nos sentamos a analizar nos permite encontrar algunas coincidencias, que si miramos con lupa no son tales, y esto refiere a un fenómeno que influye en ambos niveles: el éxodo.

El éxodo refiere a la “emigración de un pueblo o de una muchedumbre de personas”, permutando aquí personas por futbolistas y técnicos, y lo clave que es esta emigración e inmigración para el fortalecimiento de los fútboles nacionales tanto en sus ligas como en sus seleccionados. Es mejor dejar las abstracciones y pasar a ejemplificar como los diferentes éxodos en el mundo del fútbol han ido consolidando los éxitos y fracasos en los últimos veinte años de competencia internacional.

Vamos a empezar con Holanda y Alemania, equipos que a finales de los ochentas dominaban el panorama europeo, el primero campeón de Europa del ´88 y el segundo campeón del mundo del ´90. Holanda el ´88 vivió un año futbolístico mágico siendo campeón en selecciones y con un PSV Eindhoven campeón de clubes. La selección dirigida por Rinus Michels tuvo una campaña fabulosa en la mencionada Eurocopa, con jugadores extraordinarios como Rudd Gullit, Marco Van Basten, Frank Rijkaard y Ronald Koeman entre los más destacados; los tres primeros conformaban la columna vertical del AC Milan de Arrigo Sacchi que es recordado como una de las formaciones más memorables y triunfadoras de la historia del fútbol. Alemania que venía de ser subcampeón en dos mundiales consecutivos tuvo su premio el ´90 con una generación privilegiada de jugadores encabezada por Lothar Matthäus, Andreas Brehme, Jürgen Klinsmann, Thomas Hässler y Rudy Völler, todos ellos futbolistas que se pasearon con gran éxito por el fútbol italiano, siendo los tres primeros el eje de un poderosísimo Inter de Milán. El fútbol italiano luego albergaría otra cantidad de jugadores teutones llenos de talento como Andreas Möller, Jürgen Koller, Stefan Reuter, Matthias Sammer, Karl Heinz Riedle y otros, lo que sería la base para llevar a Alemania a los más alto en la Eurocopa del ´96 y de alcanzar la hazaña de convertir al Borussia Dortmund en campeón de la Champions un año después.

Holanda desde entonces ha continuado exportando hasta hoy una extensa cantidad de talento futbolístico, cabe recordar a Dennis Bergkamp, Marc Overmas, Patrick Kluivert, Philip Cocu, Frank de Boer, Edgar Davids, Edwin Van der Sar, Roy Maakay, Arjen Robben o Rudd Van Nielstelroy, por mencionar unos cuantos, lo cual puede explicar el alto y medianamente sostenido nivel competitivo del seleccionado de los Países Bajos desde su último título europeo y como sus jugadores han sido participes de grandes equipos por toda Europa logrando éxitos constantes con sus aportes como indispensables para los respectivos triunfos y técnicos de maestría aportando la esencia del fútbol holandés por todo el globo como Guus Hiddink, Louis Van Gaal, Dick Advocaat, Frank Rijkaard, etc. Por nombrar algunos equipos, el Barcelona y el Arsenal de la década pasada y el Real Madrid actual son ejemplos de equipos estructurados en base a jugadores holandeses.

Alemania, al contrario, después de la maravillosa época de los campeonatos y del último gran éxodo a Italia, con todas sus figuras en su fútbol local tuvo un último momento de brillo internacional con el Bayern Munich de finales de los ´90 y principios del ´00, cuando alcanzó la Champions League, donde aun permanecía la estela de la gran Alemania con Matthäus, Stefan Effenberg y Mario Basler siendo participes de dichas gestas. Desde entonces, pese a las apariciones de rigor en finales por parte de la selección, el fútbol alemán se encuentra en un ocaso con jugadores y equipos faltos de jerarquía, con un opaco Michael Ballack como símbolo de una generación del cual su emblema y su tosco e intermitente andar por la cancha lo dice todo. Uno de los poquísimos alemanes en el fútbol foráneo de primer nivel, Ballack es el epítome de un fútbol en decadencia siendo un mero engranaje funcional dentro de un Chelsea donde su influencia netamente positiva pasa desapercibida, además Alemania con su mejor y más poderoso representante Bayern de Munich sufrio una estrepitosa caída ante un Barcelona al que le bastó un tiempo en Camp Nou para someterlo, teniendo como atenuante que en el Bayern está la columna vertebral del seleccionado alemán además de contar con estrellas como Ribery, Luca Toni o Lucio para reforzar su onceno.

Francia, mientras tanto, paso la euforia de la era Platini a un descenso a los infiernos que la tuvo ajena a dos mundiales seguidos, pero ante la eventualidad de afrontar la localía en el ´98, otro fenómeno fue una de las claves de un nuevo surgimiento del fútbol galo: la ley Bosman. A pocos fútboles de selección a convenido tanto dicha norma de la Unión Europea (norma que permite a todos los europeos formar parte de equipos extranjeros del mismo continente sin ocupar plaza de foráneo) como a Francia, ya que ésta ha exportado más jugadores que ningún otro país, siendo estos de primer, segundo o tercer nivel además de seguir siendo el eterno puerto de llegada del fútbol de África. El gran éxodo de jugadores franceses debilitó notablemente a sus equipos locales que ya habían ganado la Champions en el caso del Marsella de Boli y Deschamps, y de haber coqueteado con la gloria con el fútbol más espectacular de su tiempo con el PSG de Ginola, Valdo y Weah. Pero al contrario la selección se fortaleció contando en los siguientes años con jugadores eje en grandes equipos internacionales, encabezados por el maestro Zidane, Deschamps y Trezeguet en la Juventus, Petit, Viera, Henry, Pires, Wiltord y Anelka en el Arsenal, Desailly en el Milán y luego en el Chelsea, Djorkaeff en el Inter, Thuram en el Parma y luego Juve, y así tantos otros que fueron los pilares para que Francia en el mundial del ´98 y la Euro del ´00 fuera campeón y gran dominador de Europa y el mundo.

El embajador por excelencia del fútbol francés es Arsene Wenger, técnico del Arsenal londinense, que como hemos visto, no se ha cansado de contar con jugadores de su país para armar una equipo bien llamado por Gustavo Cima “La Orquesta Sinfónica de Londres” por esa juego de respeto y amor por la pelota y su circulación que en sus tiempos mejores llegó a ser majestuoso. Wenger fue con su carácter, sabiduría y buen ojo el que dio sentido al éxodo francés, poniendo en el tapete de la liga inglesa una forma de jugar muy distinta a la acostumbrada antaño en la isla, donde delanteros sin gran potencia física, pero si futbolística, como Henry y Bergkamp podían hartarse de marcar golazos sábado tras sábado interrumpiendo de a ratos la insobornable hegemonía del Manchester Utd. y encandilar al continente con espléndidas actuaciones colectivas e individuales. Hoy Wenger con las bajas de Henry, Pires y Viera, ya no cuenta con referentes franceses que puedan ser los conductores de su proyecto futbolístico, aunque sí cuente con algunas promesas como Nasri, pero es en los hombros del muy joven, inteligente y talentosísimo Cesc Fabregas donde recae tal responsabilidad, y si las tentaciones se lo permiten y Wenger gasta el dinero en jugadores de personalidad que puedan acompañar en juego y responsabilidad al catalán, se puede venir otra época de gloria para el Arsenal. Lo que no deja de asombrar es que a los 21 años un jugador pueda ser el capitán, bandera y líder de uno de los mejores equipos de Europa.

Lo que Wenger ha sido para Francia, hoy, con una cosmovisión muy distinta a Arsene, es para el fútbol Español Rafa Benitez, gurú de un Liverpool que en base a encontrar una identidad futbolística está volviendo al primer plano del fútbol inglés el cual abandonó hace casi 20 años y ha vuelto ha ser esa bestia europea de mediados de los ´80s. Con jugadores ingleses como Gerrard y Carragher, Rafa se ha encargado de darle una envoltura con talento ibérico: el “Niño” Torres, Xabi Alonso, Reina, Riera y Arbeloa son los que brindan ese talante al Liverpool y a su selección. Rafa además se ha convertido en el paradigma del técnico españole exitoso que va a triunfar afuera como lo hicieron o lo hacen Juande Ramos, Vicente del Bosque (hoy repatriado a la selección) o Luis “el Sabio de Hortaleza” Aragonés.

Ese éxodo de cracks y técnicos que marcan tendencia, le han otorgado a la selección española de esa plusvalía que otrora le faltaba, la jerarquía en torneos internacionales. En el mundial de Francia ´98, España llegó con la candidatura a cuestas y talento no le faltaba, Raúl, Hierro, Guardiola, Kiko, Alfonso, Luis Enrique y Sergi Barjuán eran sus figuras y a ellos, a Clemente y a un ajado Zubizarreta les cayo la culpa del estrepitoso fracaso de quedarse en primera ronda. Diez años después Casillas levantaba la Eurocopa, con una España incrédula de su triunfo final, no así de sus convicciones futbolísticas, ya que no hubo quien discuta los méritos del campeón, ya no era “furia”, era un fútbol cerebral llevado por Xabi Hernández e Iniesta, con el liderazgo de Casillas y Puyol, los goles de Villa y Torres, la jerarquía de Senna, Fabregas y Sergio Ramos. Ya no había un ápice de ingenuidad en el plantel español, su derecho de piso lo habían pagado al salir de España, no todos pero si muchos, y habían conseguido erigirse en líderes de sus equipos, cosa que se les reprochó mucho a la generación anterior, la de ser talento auxiliar más no determinante en el Barcelona, Real Madrid o Atletico de Madrid. España hoy ha abierto las puertas de su fútbol y pese a que el Madrid o el Barza tienen muchos de los mejores jugadores, el jugador y el técnico español ya no teme salir, ya no teme triunfar en el extranjero, ya no teme liderar una gesta en un equipo foráneo (léase Fabregas, Xabi Alonso o Arteta), y es esa característica de apertura más, obviamente, el talento de ésta generación, que permite a España estar viviendo estas merecidas horas de gloria. Hoy “La Liga de las Estrellas” ya no está en el tope de las ligas del mundo, ha sido opacada por la “Premier League”, mucho de esto por los españoles en Inglaterra, pero a cambio España está saboreando las ambrosías del triunfo en selecciones desde hace mucho, mucho tiempo. No así la selección Inglesa que busca ahora de las manos de Capello encontrar un rumbo de conjunto ganador, chapa que tiene perdida desde hace mucho tiempo.

Toda la tendencia de los éxodos parece apuntar a una cosa concreta, los jugadores y técnicos que emigran producen el fortalecimiento de sus selecciones nacionales, los fútboles endogámicos no producen triunfos a ese nivel, el desvelamiento de otras latitudes, más las enseñanzas que te brinda el extranjero como las enseñanzas que te permite brindar el extranjero son brebajes esenciales para que crezca un jugador, un técnico, una liga o una selección. Brasil y Argentina no han parado de exportar talentos. Brasil tiene una horda de jugadores afuera que se estima en más de 1,000, tantos jugadores como para poblar 2 ligas nacionales enteras con 25 jugadores para 20 equipos, una bestialidad, de los que siempre han sobresalido unos pocos que han descollado mundialmente como Ronaldo, Rivaldo, Kaká, Ronaldinho o Roberto Carlos. Argentina en menor medida que Brasil, pero con jerarquía análoga ha poblado grandes, medianos y pequeños equipos de Europa con nombres como Maradona, Caniggia, Batistuta, Zanetti, Ayala y Messi. El constante éxodo en el que viven Brasil y Argentina les permite mantenerse en la constelación del fútbol mundial, aunque la temprana emigración de muchos jugadores todavía inmaduros no favorece ni al desarrollo del fútbol de la liga local, ni al de los muchos jugadores cuyo talento se desvanece sin consolidarse jamás.

Italia es una historia aparte. Su liga hace muchos años que perdió la hegemonía que ejerció en los ´80s y gran parte de los ´90s debido a esa mezquindad recalcitrante en su forma de juego, tuvo un éxodo de excelentes jugadores a España e Inglaterra con Vieri y Zola a la cabeza, llegó a las finales de los mundiales del ´94 y ´06, ésta última ganándola, con Buffon y Cannavaro como insignias, siempre al estilo italiano, ese que goza de muchos detractores y pocos defensores hipotéticos, pero de cuya cautela por no llamarla mariconería se ha creado una escuela futbolera que parece ser la tendencia que ha regido el fútbol, aquella que prefiere dos sólidas líneas de cuatro a tres talentosos, anarquistas y fantasiosos delanteros. Y el debate seguirá por tantos años como dure el fútbol, pero mientras hemos cosido algunos ejemplos sobre el éxodo, o sea del porque importar jugadores y técnicos realza las ligas y exportar talento y liderazgo engrandece a las selecciones, y como bien o mal dicen, para ejemplo un botón.

8 comentarios:

Javier Rodríguez dijo...

Muy buen artículo -como siempre-, cumpas.

Que linda definición del catenaccio, que nací para jugar (atrás por la derecha) pero no para ver jugar. Ahí milito con los holandeses nomás.

Y aunque a mi gusto se olvidan de Redondo entre sus grandes argentinos emigrados, hay que reconocer que desde 1995 la salida prematura de los jugadores argentos, ha ido matando más y más "promesas" (Gallardo, Ibagaza, Cavenaghi, D'alessandro, Saviola, etc. etc.). Basta recordar que Messi básicamente es producto nativo de "La Masia".

Una pena que Francia no se haya beneficiado antes del Efecto Exodo. Uno de sus principales y primeros emigrado -el enorme Cantona- merecía algo más que ser recordado por sus buenas patadas de karate. ¿O no?

Un saludo

Alvaro G. Loayza dijo...

Javier, gracias por el cumplido. Yo también soy de los tuyos, pero de lateral izquierda como buen picapiedra que puede rechazar con la zurda.

En el desfile de nombres y tienes razón olvidé a Redondo y en Brasil al maestro Mauro Silva, a mi entender junto a Roy Keane los mejores mediocentros que he visto, Guardiola también jugaba un poquito. Lo bueno del blog es que en los comentarios puedes enmendar medianamente errores u omisiones graves del post, como es el caso aquí. Entre los talentos argentinos cabe incluir al mismísimo Ortega que se paseo por España, Italia y Turquía sembrando más parrandas que gambetas. Ojalá que la salida temprana de Martins a Europa no ahogue el enorme potencial y crecimiento que éste puede llegar a tener.

Es cierto lo de Francia, y fueron específicamente Cantona y Ginola a quienes se los acuso como culpables de la debacle del ´94 cuando perdieron el último minuto con Israel y lo mismo con Bulgaria haciéndoles falta un solo punto para clasificarse.

Un abrazo desde La Paz city!!!

Lu dijo...

No te olvides de agregar al Chino Recoba en la lista de emigrados celebres. (Otrosi: el Chino se me parecia en estilo, sobre todo en el enganche zurdo y el bloqueo del rival con los tapones a media asta) Slds. Luis

(Diego Loayza) Oneiros dijo...

En sociología, porque este es un artículo de sociología del deporte, no hay fórmulas del tipo:
Éxodo de jugadores = Fortalecimiento de Selección + decadencias de ligas exportadoras.

Sin embargo hay correlaciones y ésta parece ser patente en lo que delinea este texto. Sobretodo en Latinoamérica. Es una lágrima ver como las ligas son una lágrima (perdón) cuando son nuestros jugadores los astros que brillan en el pulcro césped europeo. Asimismo es innegable que las selecciones se refuerzan. Sino ¿cómo se justifica que los equipos bolivianos no saquen ni un punto en la Libertadores y nos permitamos enchufarle seis a Messi y cia.? Lo que es un hecho es que la endogamia futbolística es un cáncer para el país que la padece (léase Bolivia) y que la mezcla de tradiciones, técnicas y experiencias genera monstruos tanto futbolísticos como institucionales. Por otro lado, el hiper-capitalismo que vive el mundo no es ajeno al futbol, más bien al contrario. El futbol se ha vuelto una plataforma privilegiada para la especulación capitalista donde, como dijo Dustin Hoffman en Wag the dog: "It´s all about production". Veo esas fotos del trío alemán del Inter y pienso en viejos tiempos: parecen más filósofos que jugadores de futbol. No ha pasado tanto tiempo como para haber cambiado tanto el deporte en la sociedad. Hay otro motor.

Saluds

Alvaro G. Loayza dijo...

Lu, el "Chino" Recoba es uno de los tantos talentos emigrados que se difuminaron entre los dólares, el aura de celebridad, su talentos desperdiciado y la falta de constancia para aportar a su selección. La analogía de estilos es absolutamente válida, aunque deberíamos añadir algo de temple para racionar la pelota en el mediocampo a los Costitas, ¿no crees?

Oneiros, aquí, como en la sociología o las pretendidas ciencias sociales, la formula por algún lado hace grietas. En éste caso puntual, Italia es el quiste para formular la teoría, sus axiomas, postulados, corolarios, etc. Y si hablamos de ligas sudamericanas la más mermada por el éxodo indiscriminado es Uruguay, país futbolero por antonomasia que tiene dos equipos portentosos como Nacional y Peñarol que hoy por hoy renguean hasta para clasificar a la Libertadores (aunque hoy Nacional pinta bien) y no precisamente por el nivel de la liga local (ver el guiño en la respuesta anterior sobre Recoba). Por último, es cierto, como el fútbol se ha vuelto una fábrica de consumo de estrellas producidas, el fenómeno Beckham desde el aspecto meramente futbolístico es vomitivo; tu aseveración en cambio de los cracks alemanes de otrora es formidable, en cambio la foto de los holandeses en trío evocaba una espléndida estampa de guerreros antillanos retratados por Gauguin (aprovecho para colocarla en el artículo). Hoy las estrellas parecen más vedettes que guerreros, más modelos de CK que caciques o gladiadores, sino ver a Cristiano Ronaldo y Zlatan Ibrahimovic (que a diferencia de Beckham son excepcionales futbolistas y no meramente buenos) y compararlos con Mauro Silva, Roy Keane o Cantona, por no remontarnos a Garrincha, Kempes o Platini. El tiempo en la sociedad del espectáculo corre más rápido que los dólares.

Un abrazo a ambos!!!

Lu dijo...

Agregar a la lista de equipos uruguayos a River Plate, Independiente, Boca, de Argentina, que no tienen jugadores de talla.

Anónimo dijo...

Siguiendo con lo que dice Diego la endogamia es un cáncer, que degenera de muchas formas.

Menciono dos casos aparentemente antagónicos pero de origen común:

Si bien Argentina se caracteriza por la expotación de grandes jugadores, una de sus principales carencias es la observación de esas ligas, a las cuales exportan sus figuras, dando como resultado exacerbaciones aberrantes y a declaraciones que aunque tengan un hilo de verdad distan mucho de la realidad, ejemplo: periodistas que constantemente definen a la liga Argentina como la mejor del mundo, importantes periodistas y técnicos diciendo que Alemania no posee jugadores en los principales clubes del futbol mundial, mesas redondas de analístas que comentan el mundial y no saben donde juega Rooney. Para ejemplo tres botones.

El otro peligro de la endogamia es la que ocurre ya no solo a nivel futbolísto sino en todos en Bolivia, en donde a causa del cancer ya mencionado se cae en la otra cara de la moneda o sea a una idolatrización de todo lo que viene de afuera sin importar la calidad de aquello que se importa y ojo que no soy muy chauvinista ajajajj aunque de de tiempo a esta parte ya estamos igual que Argentina. Un Abrazo Alvarex Buen Artículo.

Nando

Alvaro G. Loayza dijo...

Lu, estás acertado cuando indicas cuanto adolecen de jerarquía los equipos argentinos que mencionas, Racing e Independiente hace años que viven de esas glorias pretéritas que los encumbraron como grandes, hoy deberían asumirse como grandes chicos o ex-grandes, creo que la segunda les va mejor, Boca y River en cambio sufren graves crisis actuales, el primero tiene que hacer una limpieza de una generación de jugadores que lo ganó todo pero que hoy goza de enormes prerrogativas que ya no son análogas a su paupérrimo rendimiento en la cancha. River tiene, a su vez, un plantel de jugadores medios que no dan más que para pulular en la mitad de la tabla sino en sitiales inferiores como el último puesto del campeonato pasado.

Nando, de acuerdo en tus dos observaciones (quizás enmendar que el menda de turno hablaba de los jugadores holandeses y no de los alemanes) ya que el ombliguismo que vive el periodismo argentino los hace perder el norte muy fácilmente, como cuando hace unos días algún periodista mentaba el duelo entre Messi y Cristiano R. y otro salió a decir, despistado y ombliguista, que el gran duelo no se iba a poder dar ya que Carlitos no iba a ser titular, y esta es una de quinientas. Por lo que refieres al fútbol boliviano es cierto en encumbramiento del extranjero, muchas veces sólo por estatuto y no por capacidad, eso es algo que debemos corregir y medir con el término justo.

Saludos y abrazos a ambos!!!!