lunes, diciembre 15, 2008

Modigliani, Chagall y Soutine: Genio, judaismo y universos inclasificables

Dentro de las tres directrices antitéticas que definen vagamente el arte de vanguardia de principios del siglo XX, sean estas color-forma, objeto-abstracto y realidad-surrealidad, y sustentado por todo un inmenso catálogo de movimientos artísticos manifiestos hallamos entre los mayores exponentes de esa maravillosa e inigualable ebullición pictórica vivida en la Europa de los ismos, a tres singulares personajes que difícilmente pueden caer ya sea en uno de los movimientos o dentro de las clasificaciones habituales de la plástica de esa época: se tratan de Amadeo Modigliani (1884-1920), Marc Chagall (1887-1985) y Chaim Soutine (1893-1943).
Los tres tienen varios puntos de coincidencia tanto en sus orígenes como en eventos ocurridos durante sus vidas. Todos ellos provienen de cuna judía, el cual no es un detalle para nada menor, ya que si uno hace una somera retrospectiva a la historia del arte, los pintores judíos huelgan por su ausencia, y esto es debido a un motivo esencial. La tradición judía ortodoxa teme a la idolatría de imágenes y representaciones humanas, por ende proscribe las representaciones pictóricas (pintura y escultura) que son consideradas como insultos a los sentimientos religiosos, ya que Dios es entendido como un entidad audible, dotada de voz y soplo, y no visible, carente de imagen. Este marco religioso-cultural provocó que ser un pintor dentro del judaísmo implicaba una inherente trasgresión, que está arraigado en Soutine (sobre todo), Modigliani y Chagall. De los tres pintores semitas Soutine y Chagall pertenecen a la antigua Rusia, y Modigliani a Italia, los tres se conocieron y compartieron muchas experiencias en Paris, donde coincidieron y donde labraron sus identidades y obras artísticas.
Modigliani como Soutine tuvieron que enfrentar circunstancias y vivencias muy adversas, lo cual derivo en muertes trágicas y relativamente tempranas, el primero de tuberculosis, el segundo de una úlcera reventada mientras huía del nazismo; la bohemia extrema del primero, el hambre que tuvo que padecer el segundo en su autoexilio para poder expresarse a través de la pintura, fueron huellas indelebles de sus travesías existenciales.
En el arte de ambos el retrato fue uno de los géneros más practicados, Modigliani desde su peculiar estilo de caras y cuellos alargados y amarillentos con una innegable influencia de máscaras africanas, con ojos sumamente juntos y a muchas veces sin mirada, pese a lo cual sus retratados gozan de un aura diáfano que exulta un sosiego mezclado con una justa dosis de pureza; entre las personas que retrato en varias ocasiones se encuentra el mismo Soutine. “Modi”, como lo llamaban en París, también pintó una cantidad de desnudos posando en un diván, cuadros de una gran belleza y de una autoría reconocible en cada linea; fue por causa de sus desnudos que su única exposición como único autor fuera clausurada al escandalizar al oficial de policía de turno. Es difícil encontrar algún conjunto de obra artística tan reconocible como la del italiano y que solo pueda ser clasificada en íntima identidad y analogía con su autor, Modigliani así es como se erige en la historia del arte contemporáneo, con una firma única e insoslayable.
Chaim Soutine hacía hincapié en retratar gente de distintos y simples oficios como ser cocineros o botones de hotel, en su preferencia si era gente uniformada de alguna manera, gente común con la cual de alguna manera podía identificarse y comunicarse. Otro motivo central de su obra es el plasmar animales como naturalezas muertas, ésto como grito de añoranza por el hambre que tantas veces había padecido durante los años. A Soutine se lo ha tildado en muchos casos de ser un pintor expresionista, y pese a que la crudeza de su trazo y de sus motivos se puedan enmarcar en una temática y forma de tal corriente, Soutine como marginal que fue, no llega a encajar del todo sino que es un magistral e inclasificable paria, trágico personaje autoexiliado por su semitismo, perseguido por su semitismo y muerto por su estómago.
Marc Chagall, en contraposición, tuvo un destino menos trágico, fue el último sobreviviente de todos los grandes maestros del principio de su siglo, conoció el éxito que los otros dos no saborearon y nos ofrece una pintura riquísima en colores y en motivos de mágicas ensoñaciones. Se lo emparenta con el cubismo o con el surrealismo sin que nunca llega a poder ser ninguno de los dos (fue loado por Picasso como por Breton), sino un judío-ruso que nunca paró de evocar ese mundo bucólico y añorante de su niñez y de todo lo que le fue querido durante su vida. Siempre ha sido notoria la influencia que éste ha ejercido sobre el cineasta Emir Kusturica, no sólo en su paleta de colores, sino en los motivos oníricos y voladores, y en la constante aparición de animales y músicos dentro del cuadro, a lo que habría que agregar una permutación de lo judío por lo gitano en el caso del director balcánico.
Tres estilos, tres obras, tres destinos que pese a los matices y vericuetos se entrecruzan ya sea por su estigma religioso, por el encanto que emanan sus lienzos (sobre todo en el caso de Chagall y Modigliani), por su marginalidad y a los marginales que les toco retratar, por su patria artística, por sus trágicos destinos (Soutine y Modigliani en este caso) y sobre todo por esas enormes e inclasificables bloques artísticos que van a perdurar en las retinas de cualquiera que se les acerque como uno de los acervos pictóricos más únicos y extraordinarios de la fabulosa eclosión vanguardista del siglo XX.
Un cocinero, personaje esencial del hambriento y vehemente universo de Chaim Soutine
"Modi" y uno de los retratos de su amada Jeanne Heabuterne
El mágico, pastoril y pintoresco cosmos de Marc Chagall
La crucifixión cristiana según Chagall

11 comentarios:

(Diego Loayza) Oneiros dijo...

Es, quizás, la obsesión por la carne y la crucifixión que permitieron la eclosión del arte figurativo en el caso de la cristiandad. En ese aspecto, tanto el judaísmo como el islam nos han privado de pintores a pesar de regalar al mundo montoneras de grandes músicos y poetas.

Estos tres son a cual mejor. Me quedo con Soutine.

Alvaro G. Loayza dijo...

Oneiros, tan vinculado está el tema carnal y carnacional en el arte, por ende la crucifixión, que el mismo Chagall pintó una de las inmolaciones del Cristo más impactantes y representativas del siglo pasado, la cual añado en el post.

De los tres me cuesta mucho elegir, pero para llevarte la contraria elijo a los otros dos: "Modi" y "Chagall".

Un abrazo!!!!

Malajita dijo...

Chagall llegó a mi vida con la canción Oleo de una mujer con sombrero, la cual me gusta mucho y comencé a descubrir el encanto de sus obras llegando a quedar fascinada con sus colores.
Soutine y Modigliani llegaron juntos al ver la película de Modigliani y quedé completamente impresionada con el arte muerto y carnicero de Soutine, simplemente representativo. Modigliani me llena el alma y disfruto tanto sus desnudos y las miradas de las mujeres que pintó que realmente llega a ser uno de mis favoritos.
Al leer el artículo le di la vuelta a mi percepción de los tres artistas que va más allá del arte, que es la religión y pude relacionar sus vidas y sus historias, el artículo me gustó mucho.
En el último cuadro de Chagall, se puede apreciar que, de todos los que fueron expuestos, es el que tiene mayor contenido relioso y es bastante fuerte, sin embargo él fue quien menos sufrió las penurias de ser judío. Sinceramente, de todos los cuadros que vi de Modi y de Soutine no vi ninguno religioso.

Alvaro G. Loayza dijo...

Malajita, para mí los tres son extraordinarios, pero como tu lo apuntas y lo que se ve en su misma obra, Chagall tuvo una vida mucho más plácida que por ejemplo Soutine, la vida de "Modi" fue también terrible, pero eso es difícil de divisar en los motivos de su pintura que redundan en retratos y desnudos posados.

Saludos y abrazos!!!!!

Rebeca sin peca. dijo...

a partir de ahora seguiré este blog... no sabía de su existencia y es muy interesante :D

Alvaro G. Loayza dijo...

Lil Me, gracias por hacerte seguidora de "el lar", nosotros igualmente estaremos visitando tu blog.

Saludos desde La Paz!!!

zombre dijo...

Aprendiendo namas

Anónimo dijo...

buenísimo,me encantan los 3, chagall fascinante muy impactantes los colores,y la poesía ingenua y soñadora, modigliani de una belleza lánguida y personalísima, soutine muy expresivo y libre,interesante el artículo,me aportó mucho, gracias!!Otro gran pintor judío: José Gurvich,es grandioso, se los recomiendo.Fulana

Alvaro G. Loayza dijo...

Fulana, gracias por tus palabras y por la recomendación, estaremos viendo los trazos de José Gurvich. Saludos.

Astarte dijo...

Es la tercera vez en una par de años que regreso a esta entrada sobre estos tres grandes pintores judíos; me gusta su blog aunque lo veo un poco desierto en este año podría colaborar con ustedes

Astarte dijo...

Es la segunda vez en un par de años que caigo a su blog justo por esta entrada, puesto que me interesó desde el primer momento la marginación de estos tres frente a las vanguardias y frente a las grandes figuras de éstas. Este es un buen blog aunque lo veo un poco desierto en este año ya casi extinto. Podría colaborar con ustedes, o al menos contactarlos...