En su Arbeitsjournal, aparte de un montón de reflexiones y notas, Berlolt Brecht solía enfrentar dos imágenes tomadas de los periódicos sin ninguna relación aparente. Esa operación tan sencilla, que ya había sido explorada en la agit-prop diseñada por los formalistas rusos y algunos miembros de dadá como John Heartfield o Raoul Hausmann, tenía, sin embargo, un efecto revulsivo de los parámetros originales de la lectura, convenientemente sobredeterminados en esa puesta en página de la ideología burguesa que es la prensa escrita. El choque de las imágenes literalmente las sacaba de su quicio en el edificio de la administración de la información. Hoy, mientras veía con estupefacción y enorme tristeza las imágenes de lo ocurrido hace poco en Sucre, me encontré con el otro vídeo, donde un Jaime Bayly hiperreal hecho de poliestireno entrevista a Federico Jiménez Losantos, ese malogrado cómico after-maoísta, mezcla adorable de actor secundario de película del destape y negro literario de Escrivá de Balaguer. Entonces se me ocurrió que no sería mala idea copiar a Brecht y enfrentar los dos vídeos en este mismo post para ver qué queda del choque.
Una de las cosas más cosquilleantes es que, después del enfrentamiento de vídeos, en la charla de Bayly y Federico aparece, desnuda, rotunda y transparente, la parodia. La pornográfica transformación de toda una ciudad en un escuadrón de linchamiento del Klu-Klux-Klan y la reacción de valiente indignación de parte de las víctimas, hace que la sabrosísima tertulia miamera de los dos bustos parlantes revele con sorprendente eficacia todo su carácter hueco, light, kitsch (por cierto, ¿quién coño es el peluquero de Bayly?). Es imposible no reírse casi a carcajadas. Tanto así que uno diría que se trata del sketch de un programa cómico de la televisión pro-chavista. En efecto, ahí donde aparece la parodia sale a la luz una ausencia, un vacío. ¿Qué es lo que mueve a estos dos individuos a discutir de modo tan peregrino y banal sobre el estado actual de la vida política en América Latina? Nada. Absolutamente nada. Si alguna vez tuvieron un motivo real, una causa, una preocupación legítima, ésta sin duda ha acabado por desaparecer en la gesticulación repetitiva. En últimas, el enfrentamiento nos muestra los dos extremos re-semantizados tras el choque: por un lado, la aparición contundente de los que literalmente no pueden actuar porque no los dejan -al fin y al cabo se trata de un grupo humano conformado por los históricos objetos de las acciones ajenas-, el surgimiento de su voz en tanto reclamo elemental de justicia, el esclarecimiento de su posición constructiva en contraposición a la estupidez, la irracionalidad y la necedad arrogante de la cultura patriarcal encarnada en este caso por los siniestros políticos locales de Sucre y el resbaloso rector de la universidad. Por otro lado, están Federico y Bayly, personas que se comportan como un agregado más o menos articulado de muecas, sumidos en una representación alienada que, por suerte, como dice Eagleton hablando del teatro de Brecht, "vacía las acciones cotidianas de su imaginaria plenitud, deconstruye sus determinantes sociales e inscribe en ellas las condiciones de su producción". Mal que le pese a esa parte de Bolivia que aún no supera la lobotomía colonial, los que quedan en pelotas son los segundos, nunca los primeros.
3 comentarios:
Una cosa es un hecho: hay dos Américas Latinas. La verdadera: inabarcable, hermosa, contradictoria, diversa, incomunicada y la otra: Miami. A mi juicio, esta última, ha devenido en la capital de la mierda, la ignorancia, el error, la alienación y la soberbia de América Latina. El sueño americano, para el latinoamericano se confunde con el espejismo de Miami. Esa ciudad amorfa, llena de autos y personitas que se creen importantes porque "ahora" se pueden comprar una televisión de plasma o un puto I-phone, ha generado toda una "cultura". Baily es fruto de eso y, para mi, no deja de ser otro de esos parásitos ideológicos que escapa de su país para poder chuparle las bolas a los gringos abiertamente y poder salir a la calle y a los restaurantes caros y hacerse felicitar por las viejas reaccionarias y teñidas que peen con sabor a caviar mientras se quejan del estado crítico de la política latinoamericana. Yo le pido al seudodandy ese que si quiere hablar de "matar", de "retroceso de la raza", al menos tenga las bolas de ir a su pais de origen y viva ahí, camine ahí, vea la realidad y corra los riesgos.
Respecto al español no sé qué decir... El hijo de puta se mete a hablar sin darse cuenta de que el único que se está deschapando es él. "Hominidos"... así piensa: hay españoles que no han cambiado de pensamiento desde las épocas de Pizarro y el gran puta de Baily se ríe con él, lo apoya en su ideología Racista, Colonialista y Franquista (no me extraña que no lo hayan mencionado entre los monstruos).
La situación está que arde y ellos tomando sol en las playas del golfo de México. Corre sangre por las calles de América Latina mientras corre bronceador sobre sus espaldas ¡HIJOS DE PUTA!
Es lo de siempre: las tripas llenas no dan más que la visión de su saciedad y de la peor calaña del cinismo. Mientras que todo se mueve en el taxi que les lleva a los estudios de grabación y sus epidermis se impermeabilizan en un traje caro, hay una imposibilidad de ósmosis y de respiración: hay que estar muy atentos a las superficies y al modo en que la gente se afeita y se depila: no alienar lo natural, lo comunicativo de la piel y el olfato. Lo vi de pequeño en cómo el afeitado de los curas era diferente, también su piel.
Compara la piel de la boliviana con la de los cancilleres miamiano Losantos y el otro chupapollas.
Abrazos, Jorge Cano.
Jimenez Losantos es un esperpento nazi que diariamente dice sandeces en la radio de los curas españoles. Es algo tan patético, repugnante y degradante que ese enano no merece ni que hablemos de él.
La situación en Latinoamerica es crítica y lo peor es que personajes como estos se dedican a frivolizar cuestiones de las que no tienen ni puta porque es muy fácil hablar desde su sofá de 15.000 euros o su jacuzzi con sales minerales. Lo grave es que personajillos como este pueblan diariamente nuestros medios de comunicación y crean opinión.
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