En momentos clave, la existencia, o mejor aún, sus giros sorprendentes, tienen una cualidad profunda para construir momentos límite. Momentos increíblemente redentores, momentos increíblemente hijos de puta. Entre la posibilidad de pasión y desgarro transitamos cotidianamente. A cada vuelta de esquina puede aparecer un evento que trastoque todo, que desvirtue todo, que (re)funda todo. La vida, en última instancia, sólo encierra malignas penas o enormes alegrías. Caminamos por un destino que es un péndulo entre la plenitud y la tristeza. Y esa cualidad intrínseca también está en nosotros, estamos poseídos por ella. Los seres humanos somos una conjunción de vida y muerte. Capacidad para crear como para destruir. Capacidad para construir solidaridades como para destrozarlo todo, para matarse por los que uno quiere como para olvidarse del resto de los mortales que no conoce. Para ser artistas como para ser abogados. Esta contraposición esencial entre la vida y la muerte, entre la plenitud y la tristeza, es una de las principales propiedades de la existencia y sus actores.
Guillermo Arriaga, inmenso escritor y guionista mexicano, autor de novelas como El búfalo de la noche y Escuadrón Guillotina, y de guiones como Amores Perros, 21 Gramos y Babel, plantea la relación entre la creación y las características complejas de la existencia cuando dice en la solapa de uno de sus libros: "Contando historias los seres humanos podemos celebrar los hondos dolores de la vida. Por eso se siguen escribiendo novelas, cuentos y guiones. Por eso escribo yo. Las influencias en mi obra son la calle y el monte. Siempre, más que otros libros. La vida misma, con su crudeza y su dulzura, con sus desgarros y sus festejos".
Creo que en esta reflexión se concentra el sentido último de la literatura de Arriaga. Beber de lo humano, reportar y reflexionar sobre la vida misma, engendrar creaciones que muestren nuestras profundas propiedades y características. Así, los motivos de su obra se encuentran inscritos en esta fuente inmensa y desoladora. El dolor y la desnudez que implican una relación de amor marcada por la locura, el desapego y la amistad. La paradoja que implica la posibilidad de muerte para engendrar vida a través de nuestras construcciones científicas que sólo implican miedo. La posibilidad de que el cruce de un semáforo trastoque la existencia de manera definitiva. El poder y la crueldad que se expresan desde niños, desde una familia, desde un barrio.
La vida por sobre los libros, la sustancia por sobre los mecanismos, la médula por sobre los artificios. Esa es la literatura de Arriaga. Talento puro y duro. En un espectro creativo marcado por el experimentalismo y la búsqueda técnica, Arriaga retorna a los principios básicos de la literatura. Pienso muchas veces, cuando leo algunas cosas contemporáneas o charlo con estudiantes de literatura o prospectos de escritor, que la escritura se ha ido perdiendo, concentrándose demasiado en las técnicas y en los conocimientos de otros autores. Es más importante el mecanismo de la novela, la estructura y los medios sorprendentes, que la sustancia de la misma. Es más importante el juego que el autor puede desarrollar con otros autores, que las cavilaciones profundas que entrañan sus páginas.
Bueno, en Arriaga la técnica y los libros son siempre secundarios frente a la necesidad de narrar y a las sorprendentes historias que cada segundo nos pone la vida frente a los ojos. De ahí que sus historias estén dominadas por una emotividad extrema, por una capacidad movilizadora que se apoya en las sensaciones que todos vivimos algún día. Cuando existe esa posibilidad para beber de los complejos caminos de la existencia y para poder expresarla respetando sus honduras y misterios; los instrumentos, los artificios y la técnica no tienen demasiada importancia. Lo más importante, lo esencial, ya está realizado.
4 comentarios:
Una aguda mirada a ese abismo tan profundo que es Guillermo Arriaga. Y unas ganas inmensas de que nos llegue a España "The Burning Plan".
Un saludo!
saludos, muy bueno el sitio, apenas he podido dar una mirada general y me ha parecido genial.
aunque se requiere bastante tiempo para poder leer y opinar, cosa que de momento no tengo.
otro dia con mas calma estare por aca.
Rosenrod:
Yo también me muero de ganas de ver "The burning plan". Me quedé picado después de ver ´"El búfalo de la noche" que no me gustó. Qué bueno que te haya gustado el artículo.
S4nt0:
Bienvenido. Cuando tengas tiempo, pegale un extenso viaje por el lar. Ojalá que valga la pena.
Saludos,
Mario Murillo Aliaga.
En la foto esta poniendo Huevos con la mano, jajajaj.
Lo vi en alguna libreria de un barrio exclusivo de la ciudad avido de libros.
Tendre que leerme alguno.
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