lunes, septiembre 29, 2008

Pueblo crónico

No hace mucho tiempo tuve el desagrado de leer a algunas personas que justificaban su obrar y pensar racista hacia los indígenas del altiplano citando la obra de Alcides Arguedas (1879-1946) “Pueblo Enfermo”; a mi parecer este tipo de acciones son producto de la mezquindad con la que se trató esta obra, no solo por parte de estos sujetos, sino también por aquellos defensores acérrimos de lo indígena.

Arguedas realiza en esta obra una radiografía de la sociedad boliviana de principios del siglo XX, desde ese entonces a la fecha muchas cosas han mejorado notablemente como el caso del rol de la mujer en la sociedad y la participación de los indígenas en la toma de decisiones que hacen a la nación. Sin embargo la crítica que hace Arguedas respecto a los políticos nacionales sigue con plena vigencia, así como su concepción del rol de la prensa “factor de corrupción colectiva” como él los define.

Arguedas maneja el término raza desde una perspectiva psicológica, diferenciando tres grupos a partir de su comportamiento: blanco, mestizo (cholo) e indígena. A cada uno de estos grupos se les realiza una crítica implacable pero definitivamente la que se hace a los mestizos es la más dura de todas:

“Pues trae del íbero su belicosidad, su ensimismamiento, su orgullo y vanidad, su acentuado individualismo, su rimbombancia oratoria, su invencible nepotismo, su fulanismo furioso y del indio su sumisión a los poderosos y fuertes, su falta de iniciativa, su pasividad ante los males, su inclinación indomable a la mentira, el engaño y la hipocresía, su vanidad exasperada por motivos de pura apariencia y sin base en ningún gran ideal , su gregarismo, por último y como remate de todo su tremenda deslealtad”

Más adelante lo caracteriza así: “Del blanco tiene esa arrogancia despótica enfrente del que considera su inferior y como el indio, es sumiso, humilde y servil, aunque nada bondadoso delante del superior”

"´Piensa mal y acertarás´ este es el hecho en el que se resume la experiencia del cholo con la gente." Para Arguedas esta es la clase que domina al país, con el alcoholismo como su gran vicio y la duplicidad de su carácter. La hidalguía ya ha sido contaminada por este tipo de forma de ser.

Siguiendo la línea occidentalizadora de Arguedas podríamos definir a nuestro pueblo como un mal híbrido de dos culturas que lo único que hizo fue tomar lo peor de cada una; más allá del color de la piel todos somos parte de este retrato.

La megalomanía es descrita en esta obra como una de las enfermedades nacionales por excelencia. En un país ensimismado con poco contacto con el exterior lo común es exaltar la idiosincrasia y concederle un valor mucho mayor del que en verdad tiene, de ahí que la grandeza de la patria es algo que no se discute ni cuestiona al punto de caer repetidas veces en el absurdo. A esto hay que agregar el gusto por la oratoria rimbombante que los bolivianos tenemos y la solemnidad tan característica del los moradores de Alto Perú.

Como resultado tenemos los discursos y actitudes de los políticos plagados de demagogia “Al leer tales declaraciones, cualquiera, el más empecinado, no vacila en sostener que la república de Bolivia es la república y que a más alto progreso no llegaría ni la soñada por Platón; pero … no es así. Casi todas esas informaciones son hijas de la imaginación excitada, quizás de un vehemente anhelo patriótico; pero de nada más que de un anhelo” Arguedas refiriéndose a un pomposo discurso político; pareciera que los escuchó hace menos de un año

Arguedas señala con precisión todos los males que afectan a los bolivianos y que desembocaron en el oprobio de la guerra del chaco y que ahora nos están desintegrando dejando de lado un proyecto de país para reducirlo a meras ambiciones regionales, sectoriales o gregarias. Como ya mencioné con anterioridad, considero a Arguedas un defensor y promulgador de la cultura occidental, durante sus reiterados viajes a Europa tuvo la oportunidad de conocer la realidad en la que vivían en ese continente y contrastarla con lo que sucedía en el nuestro, y al igual que hoy las diferencias son abismales. Indignado por retraso del país (directamente relacionado con el número de “gloriosas” revoluciones nacionales) y furioso crítico de la ignorancia de nuestro pueblo; nos hace a los bolivianos los únicos responsables de lo que somos, en lo cual no puedo estar más de acuerdo.

“Cuando una nación, en tanto que unidad, es crónicamente incapaz de dirigir sus actividades en el sentido de su propia conservación, debemos convenir, franca, corajudamente, sin ambages, que estamos enfermos y que nuestra disolución puede ser cierta, no como pueblo, porque esto sin ser imposible sería difícil, sino como raza, o más bien, como conjunto de individuos con unos mismos anhelos”.

Fernando Biadós

5 comentarios:

(Diego Loayza) Oneiros dijo...

Nunca he leído a este Arguedas, mucho no podría decir, pero por lo que tú dices, se nota que no viajó a Europa durante las fechas de 1914 a 1918 o de 1939 a 1945 cuando admiró la maravilla humanitaria y social a la que había llegado la Grandiosa Civilización Europea (sus notables tendencias pacifistas y la intachable carencia de megalómanos en el poder).

Alvaro G. Loayza dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alvaro G. Loayza dijo...

Nando, creo que con Arguedas es posible hacer una analogía con Marx, el paceño es un radiografo extraordinario de la sociedad y política boliviana, y de todos los males que la aquejan sobre todo desde las altas esferas políticas, tanto así que décadas después muchas de las aseveraciones de Arguedas tienen una vigencia pasmosa; no es igual de afortunado en el plan propositivo, en su idílico occidentalismo, además de ser insoslayable su fuerte carga racista. Marx al igual que Arguedas es un radiografo formidable del capitalismo y sus taras, pero la forma en que fueron interpretadas y luego implementadas sus recetas de filosofía economico-política no han traído consigo buena estrella.
Un abrazo!!!

Lu dijo...

Arguedas describe las imagenes que el espejo le devuelve. Habla consigo mismo. No le habla directamente al indio, al cholo, ni al criollo. A pesar de ello Arguedas es mas moderno que muchos de los matarifes que hoy escriben en la prensa, arropados en el monarquismo perricholista para llorar sus nostalgias imperiales.

zombre dijo...

Yo igual no conozco a arguedas, y tambien estoy de acuerdo no visito euopa en 1906 1989 1968 1993, O no fue presa del racismo contemporaneo en francia o españa o alemania etc. Y me queda esa impresion de escritura desde las entrañas en esa ultima parte desparecemos. Bueno ahi esta la respuesta, que dificil es para las comunidades ver esa lucha temporal donde los absorbe el futuro en mins aparece la luz la computadora de un dia para otro. y otra que comunidad que quiere borrar el pasado. Ya lo decia paz en un analisis similar, "tienen cara de piedra se confunden con el paisaje". Yo tambien me quedaria inerte