lunes, junio 18, 2012

Grecia, a por el rapto de Europa


Grecia, ha sido el epicentro fundacional de casi todo lo que hoy conocemos como cultura occidental, en esas tierras mediterráneas surgieron la democracia (Solón y Pericles), las ciencias históricas (Heródoto y Tuscídides), la geometría euclidiana (Euclides), la filosofía (Tales, Parménides y Heráclito) e incluso a través de uno de sus insignes mitos el nombre de la propia Europa, quien fue una hermosa joven fenicia que es raptada por el libidinoso dios Zeus que en forma de toro blanco la lleva desde sus tierras a la isla helénica de Creta.

Grecia que hace 25 siglos en la era de Pericles y Sócrates vivió su máximo esplendor, hoy enfrenta una tremenda crisis económica que la tiene como país bordeando un abismo que podría desembocar en su expulsión de la Unión Europea, hecho que de sucederse encumbraría el mayor bochorno histórico de la historia del continente, dado lo contradictorio de expulsar a quienes en un origen fundaron y crearon un legado de la mayoría de las cosas que se juzgan buenas en la Europa y en el mundo actual.   

Ángela Merkel, Canciller actual de Alemania, es la persona que más rígida e implacable ha sido en la imposición de medidas radicales y asfixiantes para "paliar" la crisis griega y por ende una de las personas más odiadas en la nación helénica. El hecho de que al gigante económico y futbolístico Alemania le toque enfrentar a la débil y vilipendiada económica y futbolística Grecia, nos ofrece el choque con más morbo de toda la escena de cuartos de final.

Como siempre el fútbol ofrece un incruento ámbito de redención y orgullo nacional, y ese ha sido el escenario en que los griegos han podido vivir sus horas más gloriosas desde que se liberaron de los turcos el siglo pasado. Su inopinado triunfo en la Eurocopa del 2004 fue el mayor batacazo que se haya dado en la historia de este deporte, venciendo al campeón vigente (Francia), al mejor equipo (Rep. Checa) y al local (Portugal, al que derrotaron en dos ocasiones en inauguración y final) donde los guerreros "aqueos" de esa gesta así como todo su pueblo celebraron semejante epopeya por todo lo alto.

Una vez más Grecia volvió a la Eurocopa como una escuadra de relleno que se veía la menos fuerte incluso en el grupo débil del torneo. Otra vez el desdén mostrado hacía ellos estuvo demasiado errado, ya que su espíritu espartano salió a flote y pese a los desastres arbitrales contra ellos (en el primer partido le expulsaron a Sokratis por doble amonestación y en ninguna de las dos veces había cometido ni si quiera falta; y en el tercer partido no sólo no cobraron un claro penal a su jugador emblema Karagounis haciendo zozobrar la victoria obtenida, sino que además lo amonestaron y no podrá jugar contra los germanos), pero se repusieron a la adversidad y están de nuevo en zona de definición dejando afuera a los locales y a los geniales rusos dueños de un equipo de calidad envidiable pero de un ostensible pecho frío.

El viernes 22 el universo del balompié les ofrecerá a los griegos la herculeana tarea de derrotar a Alemania, estará en la arena de Gdansk la chance de que la golpeada nación helénica pueda rememorar los tiempos de Leónidas y Temístocles en las guerras médicas, o los antiquísimos mitos de Heracles y Odiseo, y poder darle a la Merkel y a sus bárbaras tribus un disgusto de proporciones. Si se diera el milagro futbolero, nada, absolutamente nada cambiaría en el marco económico-político de Europa, pero implicaría un desquite de proporciones históricas que traería un bálsamo de moral y alegría a un pueblo al que tanto le debemos cada vez que mencionamos la palabra cultura.

6 comentarios:

Jon Alonso dijo...

Amigo, Álvaro has dado en la diana (por cierto, era una diosa griega), pues Grecia somos todos. Si tenemos unas raíces lingüísticas y nos comunicamos, apreciamos el arte, reímos o lloramos. Cuando estamos enfermos vamos al médico, las pócimas que nos dan los galenos tienen un origen... Todo eso, se llama civilización griega. Después, vinieron otros prodigios pero el leitmotiv es: la sabiduría griega. Cuánto daría Pericles por estar en el partido del AlemaniaVsGrecia. ¿Quién sabe si la leyenda espartana aplasta a la arrogancia teutona y Merkel, reflexiona como Sócrates? Europa se la juega. Un abrazo

payorivero dijo...

Un post más que pertinente. Gracias!

Eduardo Llanos dijo...

El Lar siempre nos sorprende por sus variopintas temáticas. Hoy estuvieron muy bien al juntar la política, la economía y el fútbol para reivindicar a la Grecia de siempre, de los excesos de la Banca internacional y sus lacayos, que la quieren mostrar como un país de desecho.

Alvaro G. Loayza dijo...

J.C., ojalá las dianas de Samaras (el jugador en este caso particular y el político en general) estén sumamente certeras para que la altanería teutona no triunfe, y que las almas del Pélida Aquiles y del Tidida Diómedes puedan henchir esos pechos en el otro lado donde el barquero Caronte otrora los dejó.

Pablo, gracias por tu comentario.

Eduardo, ojalá el fútbol pueda ser un camino de redención para Grecia y su espíritu ancestral.

Un abrazo a todos desde Chuquiago Marka.

Lu dijo...

Los alemanes se jactan, con Hegel a la cabeza, de haber "inventado" a la Grecia clasica.

Vaya petulancia, pero asi es la mentalidad hegeliana, que lo convierte todo en Disneylandia o en Parque Tematico.

Bueno, resulta que Grecia no es un parque tematico. Esta habitada por gente real, y algunas juegan al futbol. Y estamos seguros que lucharan duro, durisimo, para hacer valer su condicion de humanos, no de "figuren", como los alemanes designan a los "aliens".

Alvaro G. Loayza dijo...

Lu, me parecen absolutamente pertinentes tus palabras. Lástima que todo el pundonor griego no pudiera con los malabares de Özil, pero les laburaron el susto a los teutones por un rato. Un abrazo!