miércoles, septiembre 02, 2009

Acercamiento a los pasillos de “Hospital Obrero”*/**


Del qué y el cómo

Conversando hace algunos días con los amigos, nos cuestionábamos cual era el rasgo fundamental para que un director haga que funcione una película, sería la dirección de actores, o la fotografía, la dirección de arte, o lo que fuera. Al final, concluimos casi con unanimidad que lo crucial era contar una buena historia, pero claro, esto desde lo temático, no desde lo formal y, dentro de lo formal, hay miles de cineastas y todos con una metodología que prioriza una cosa sobre la otra, sin quitarle a los diferentes matices que hay al hacer cine, su propia importancia. Pero dentro de esas prioridades formales, una que es insoslayable es el cariño que un cineasta entrega a su obra, a esa historia que cuenta. Creo que “Hospital Obrero” triunfa en ambos rubros: a) Lo que se nos cuenta es una historia sencilla pero muy rica en matices y personajes, que permite que el espectador la entienda, la disfrute, pese al triste y doloroso entorno donde se ubica el filme. b) En su hechura se nota el cariño que el director Germán Monje, el escritor Juan Pablo Piñeiro y todo el equipo de rodaje han puesto en sus personajes y en las vicisitudes que a estos les toca vivir, como también en las imágenes y los lugares que les toca filmar en un lindo, cuidado y solemne blanco y negro.

Un hospital: el dolor y la redención

Pocos lugares en el mundo deben ser más tétricos y aterrorizantes que un hospital, ya que en sus paredes se cuece el dolor físico -quizás la faceta más temida por la especie humana-, el coqueteo con la muerte y las facetas más sufridas y desgarradoras de la existencia humana. “Hospital Obrero” en su mismo título expresa sin ambages dónde y un poco de qué va transcurrir la trama de la película, pero es justamente inversa a nuestra premisa inicial, el acercamiento que realiza el filme al tema del hospital y a los personajes, enfermos ellos, que pueblan los pabellones del mismo. Pese a que la enfermedad está y que la muerte acecha, los seis protagonistas que comparten pabellón, mediante la amistad que van gestando día a día, discusión a discusión, recuerdo a recuerdo, convulsión a convulsión, un pacto de amistad va creando entre todos ellos un vínculo de esperanza y de sentido de la redención, un postrero amor por la vida que hará que la partida sea apaciguada y sin remordimientos.

El rompecabezas de pieza faltante

“Hospital Obrero” juega con la metáfora del rompecabezas en proceso de armado. La imagen símbolo de la película es un puzzle cuadrado con una pieza faltante, lo que permite su paulatino ensamblado; una vez ubicadas en su lugar todas las piezas se muestra el dibujo de un micro subiendo por las laderas de La Paz con un Illimani de fondo. Ese rompecabezas es la metáfora de la incompletud de los destinos de los personajes, cuyo progresivo armado es la pesquisa de todos ellos para alcanzar un final o una muerte en paz. “Hospital Obrero” tiene como eje una búsqueda agónica por parte de sus protagonistas enfermos, ya sea de un último momento de gloria a través de un gol, de el encuentro y perdón de una hija abandonada o del trance final mediante la danza y el alcohol. Añoranzas interpretadas mediante un rompecabezas que se va armando entre todos los amigos/enfermos del pabellón, hallando la catarsis que opaque el insoslayable dolor y el miedo a la muerte, permitiendo vislumbrar la vida, la amistad, el humor y los milagros curativos que estas otorgan. La película al final se nos revela armada y completa, después de que todas sus partes disgregadas hagan un todo completo y redondo dejándonos trazados los destinos de los diversos personajes.

Epílogo

Combinando un plantel de actores mayores, pero debutantes todos ellos, y un equipo de incipientes talentos en todas las áreas, “Hospital Obrero” cual micro subiendo las encumbradas laderas paceñas (tarea muy difícil pero no tanto como hacer cine en un país como el nuestro), alcanzó el arduo objetivo y en el momento actual oficia de un necesario y poderoso envión de un cine nacional hambriento de propuestas frescas que sean fieles y ajustadas a su voz y pretensiones a través del cariño, la dedicación, la frescura, el talento, la amistad y el humor.

*Artículo primeramente aparecido en la revista digital Cinemas Cine el 1 de agosto del 2009.
**Estén atentos para el estreno a nivel nacional (La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y Sucre) de Hospital Obrero el 17 de septiembre.

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