No protesto contra el hecho de que ese pequeño apéndice de Asia se haya caracterizado por ser, de lejos, el continente que más ha masacrado, saqueado, explotado, mamado, evangelizado, torturado, manipulado, quemado, azotado y violado a propios y extraños durante la historia del triste milenio que acaba de pasar. No protesto tampoco contra el ingenio y el genio del espíritu occidental que ha construido armas brutales capaces de someter a toda cultura de “salvajes” y paganos que adoran a la Tierra en vez de explotarla y violarla para construir armas más y más poderosas para destruir o provocar miedo de una manera más y más monstruosa. No protesto contra el hecho de que la ambición haya llevado a esclavizar a los oriundos de los diferentes territorios conquistados para que extraigan la materia prima de lo que hizo que hoy por hoy sean ricos, desmesuradamente ricos, innecesariamente ricos; se podría llamar astucia o fuerza bruta como ocurre entre los animales de la sabana africana. No voy a protestar tampoco contra el hecho de que, una vez desollado y saqueado el resto del mundo, cierren sus puertas, amurallen sus burgos y traten como ser de tercera clase a cualquier persona que quiera venir a recoger del suelo las migajas del festín. No protesto tampoco contra el hecho de que hayan impuesto a fuerza de espada SU visión del mundo al resto del mundo y de que no hayan sido capaces de aprender absolutamente nada de sus colonias y que, más bien, hayan hecho todo lo posible por exterminar esas cosmovisiones. No protesto contra el hecho de que, a su partida, TODOS los lugares donde han sembrado su visión podrida por el miedo, se hayan quedado infectados y víctimas de problemas sociopolíticos irresolubles, eso forma parte del juego incruento de la historia.
Lo que si me parece escandaloso, asqueroso, imperdonable es la pose: sí, eso sí. ¿Por qué joden y machacan a todos los hombres y mujeres del pasado, presente y futuro con estupideces de carácter universal? ¿Por qué dicen basar sus acciones sobre valores UNIVERSALES de humanidad? ¿Derechos humanos? ¿Ilustración? ¿Revolución francesa? ¿Mayo del 68? Son vergas: Por qué no nos dicen: Somos (hemos sido) asesinos más eficaces que ustedes y por eso les vamos a quitar todo, hasta la dignidad y luego no les vamos a convidar ni el olor de un pedo de lo que comamos en nuestras cómodas casitas con la salud y vida eterna asegurada (aburrida pero asegurada). Eso sí que me llega al huevo. Que vengan y te hablen de “principios” universales: que sea Jesús, el Progreso, la Razón. Nada: Tenemos la espada más grande, el palo más grande con el clavo más grande y eso duele más: Dame todo lo que tienes. ¡Esto es un asalto a mano armada! ¿Acaso los ladrones comparten el botín con las víctimas de su obrar? Que me digan que no nos metamos con ellos porque son capaces de matar más de cien millones de personas en un lapso de treinta años. Eso sí me asusta. Que me digan que no quieren sudacas y africanos porque prefieren botar comida que verlos comerla en sus calles. Que me digan que los diamantes del Congo y que la plata de Potosí han sido extraídos con extrema e inhumana brutalidad para que sus anoréxicas y drogadictas vedettes no se acomplejen en la alfombra roja. Pilla y protege. Pilla y olvida. Olvida y disfruta. Que digan eso sería mejor que el hecho de que estén hablando de valores que implican a la humanidad entera, de otra globalización, de reducción de la pobreza, de Derechos Humanos, de ONG´s, de OMS. Bien decía un historiador chino cuando le preguntaban qué opinaba de los resultados de la revolución francesa: “Es muy pronto aun para saber”.
Desde mi punto de vista, la deuda que tiene Europa con el resto del mundo es tan grande que ni intercambiando situaciones socioeconómicas entre los países de Europa y el tercer mundo llegaríamos a una equivalencia. Pero, lo sabemos, ese no es el estilo, ni la tendencia que viene siguiendo en los últimos siglos el ilustre y voraz continente que, a mi juicio, la universalidad que transmite al mundo es más la de la vergüenza, el miedo y la mezquindad que la de cualquier “valor”.