jueves, diciembre 14, 2006

El equipo chico más grande del mundo


A mi viejo


Recuerdo hace seis meses haber inaugurado este blog. Enmarcado entonces por el furor que creaba el fútbol en las fauces de un desenlace mundialista. Hoy la tesitura es diferente, el blog ha crecido, se está en la pesquisa de buscar su propia personalidad, ha diversificado sus afanes, sus intereses y sobre todo sus puntos de encuentro, que esos son los que más valen para nosotros los que lo elaboramos y esperamos que también para ustedes, caros lectores, que son los que lo sostienen, porque sin ustedes, nuestras pendejadas serían un antro de conceptos superfluos al oído de la nada. Pero bueno, he dialogado con muchos de nuestros lectores, he compartido nociones, preferencias, admiraciones y sobre todo críticas, reproches y reprobaciones. La más asidua, aunque inopinada, es su nacimiento casualmente futbolístico que perfilaba el blog como algo unívocamente futbolero, algo que en escaso tiempo probó ser incorrecto.

Hoy quiero hacer tributo, y miren que estoy tributero (el tributerismo es un género tremendamente boliviano), ha seis meses de la existencia del blog y quiero celebrar que haya gente a la que le interese lo que nosotros tengamos que decir, tanto como a nosotros nos interesa que nos lean y que nos repliquen lo que bien o mal que les parezca, que nos pongan a parir sobre todo y si les mola, mejor. Pero sobre todo celebrarlo por dos cosas: por la latitud temporal (valga la paradoja) alcanzada aunque es todavía muy escasa y por lo contumaz de su sino inicial: el fútbol.

Hoy es un día especial para los futboleros, sobre todo para los futboleros herederos de a quien nos debemos futboleros, de a quien nos ha convertido en futboleros y es a una persona en especial, a la que nos debemos pesados (para tantos lectores y para tantos familiares, incluida esa única dadivosa que te otorga la vida y te sonríe pese a las reiterativas futboleras constantes), a la que le debemos esa pasión tan peculiar por el fútbol. Sin rubor. Con orgullo. Con casta. Con cariño. Hoy con infinita empatía, porque es lo que toca.

Habrá que aclarar cosas: por sobre todo soy hincha de San Lorenzo de Almagro y Bolívar.

Seguimos aclarando cosas: hoy hay que celebrar, no por alguien, sino por el fútbol y por muchas cosas maravillosas que tiene (aunque en sí, ya he declarado que celebro tanto con alguien como por alguien).

Hoy cabe loar una hazaña(por ende lo inusual, lo inverosímil): Estudiantes de La Plata ha salido campeón argentino (y no porque sea Estudiantes, sino como lo logró, viniendo de atrás, rebasando impedimentos, superando barreras, sobresaltando actitud, alcanzando un heroísmo impremeditado como imprecedente) y se lo merece por todo lo alto.

Estudiantes es campeón, y quiero decir que es el equipo chico más grande del mundo, pese a los chicos que pese (que son innumerables, no te sientas mentado Gimnasia que tu antigüedad es equiparable a tu pequeñez por no decir enanismo) y pese a los grandes que pese (ya que infinidad de grandes, o inmensos, añorarían la grandeza pincharrata y sus tres copas Libertadores y SU copa Intercontinental, y como ayer se alzó con una corona que para el más pintado hubiese sido inexpugnable).

Se celebra una suerte de milagro, porque Boca perdió 9 puntos sobre 9, porque Estudiantes ganó 37 puntos sobre 39 viniendo de atrás, y porque ayer al infernal sol bonaerense hubo un solo equipo grande, un solo equipo que quiso ganar ante todo, adversidad, camiseta, trayectoria, influencia, experiencia, determinismo o vocación y ese fue Estudiantes y si los dioses del fútbol existen (malditos, cabrones obstinados) por una zorra vez se portaron benevolentes, aunque no por ello menos contumaces (véase el palo de Pavone en la primera parte como las infinitas atajadas de Bobadilla).

Se celebra el talento, ya que pese a denominarse el León a Estudiantes por su inmenso corazón, y que su insignia sea el enorme, incansable, intratable, insaciable, indefinible (y todos los ines que hagan falta) “Chapu” Braña, se agradece que haya un “Principe” Sosa que con su displicente caricia mande a guardar esa preciada esfera, providencial objeto de tantas glorias como angustias. Sosa permitió la remontada, Braña nos rubricó un campeón.

Dicho esto, huelgan las palabras para un sujeto monstruoso, indomable, inabarcable, inmarcable (y todos los ines restantes) que es Mariano Pavone, la estrella y emblema de éste campeón, ya que él con su polenta y sus goles buscó esta final, la encontró y por ende, con esa grandeza pincharrata que lo congracia, la ganó. Con un gol a lo suyo, desliz, potencia inopinada, sorpresa, anticipo, llegada y gloriosa culminación. Ergo: Estudiantes CAMPEÓN. Cortesía de numerosos guerreros capitaneados por el rey de la selva: el León Mariano Pavone.

Un párrafo especial para los ancestrales.

Primero: Cholo, si naciste para derrochar tu liderazgo tenía que ser en un equipo albirrojo, no importando la latitud ni el tiempo, en la cancha o fuera de ella, no importando que el rival fuera Albacete o Boca, era una cuestión de romper tendencias y quebrantar maleficios, tu lo hiciste y lo sabemos. Tu firma: tu talante indómito, tus insobornables cojones y tu indiscutible liderazgo.

Segundo:“Brujita” Verón, nada se siente como el humilde hogar, y tu supiste volver y al ejemplo de tu viejo quisiste dejar esa estela de grandeza que tu linaje otorga. ¡Vaya que lo lograste! Enhorabuena Juan Sebastián y los que digan que Estudiantes es una escuela de picapiedras, que primero piensen en los referentes de este legado y lo que Estudiantes es y ha sido desde aquel entonces del gran Zubeldía, es ante todo y sobre todo una escuela de valientes y ¡joder! de valientes e indómitos ¡CAMPEONES!

Tercero: Por último, rememorar las viejas gestas de Estudiantes, por las cuales hoy me es tan grato celebrar, congratular y reverenciar este lauro, y es que gracias a mi viejo que desde pequeño niño sanlorencista, me hacía brillar los ojos con épicas narraciones de esos platenses gladiadores que mis pupilas nunca contemplaron pero que no por eso no dejaron huella, admiración y empatía en mi memoria y en mi corazón de genealogía pincharrata.

¡Felicidades Estudiantes! Sólo y nadie más que ustedes se lo merece tanto.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Estuviste muy bien pero fuíste muy benévolo con los triperos de Gimnasia. Lo que hicieron su presidente, su barrabrava y sus jugadores, para regalarle 3 puntos a Boca fué tan impresentable como la actitud de la AFA del senil Grondona.Dios castiga y no a palos decían las abuelas,cuánto les habrá dólido el fútbol, el campeonato,los fastos,los fuegos de artificio y la certidumbre de que a veces el delito no paga.

Alvaro G. Loayza dijo...

Estás en lo cierto, Gimnasia desmostró ser un equipo rastrero y asqueroso, ratificando porque su historia es un tierra baldía de logros futboleros. De los festejos de Estudiantes se me quedó una sola imagen pendiente: la cara de Barros Scheloto al final del partido, yo creo que eso hubiera sido una descripción monumental de los destripados sentimientos de los de Gimnasia.
La redención por otra parte está en el epílogo de tu comentario, en "a veces el delito no paga", pero la verdad me deja pensando que "a veces" es tan cierto que no sé hasta que grado uno puede ser optimista o más bien un casi completo pesimista.

Anónimo dijo...

Estudiantes ratificó una frase de maradona "La pelota no se mancha", pese a que hay muchos que la rodean con mierda, este sale a flote tarde o temprano, dando cabida al heroísmo del cual el futbol esta lleno. ratificando porque es que nos apasiona como pocas cosas en la vida. gran articulo alvarele

Alvaro G. Loayza dijo...

Haz dado en el clavo, tu metáfora es inminente, la pelota es como un globo (o una pelota) que está "incrustada" al fondo del agua, por técnicos, árbitros, dirigentes (sobre todo dirigentes sino pensar en Mauro Cuellar o su primo hermano de Gimansia), periodistas (no te sientas aludido Juan Pablo V.), jugadores (tantos donde la excusa, el sacrificio o la obidiencia, o endefinitva el cagazo es el sine quanon) y los hinchas (tristemente, y lo tengo y me siento obligado a decirlo, porque amo el fútbol argentino y es el fútbol que me ha enseñado a amar el fútbol) sobre todo en la Argentina donde, los hinchas (pinches barrabravas de mierda) están cagando el fútbol con su manipulación, con su impunidad, con su prepotencia, con su intolerancia, su impaciencia y su intolerancia, convirtiendo todos ellos un fútbol grande en un antro de politiquería corrupta y un lar de gordos malhumorados y despotricadores. Por suerte como tu bien lo dices citando al más grande "la pelota no se mancha" ya que la realidad (y dentro de eso esa manifestación tan hermosa que es el fútbol") posee esos "efímeros momentos mágicos que el mundo brinda a cuentagotas" y si no brinda a menudo, al menos de vez en cuando reflota. Salud Fernando y salud Marado...

Anónimo dijo...

Hola Alva.
No creo que se entienda a veces la pasión, la locura, la enorme gracia o alegría de ganar un campeonato así. El fútbol si se rehabilitó en su máxima expresión, puesto que, ahora podemos volver a confiar. Esto es lo más increhíble.
Bachi

Gabriel Báñez dijo...

Alvaro, gracias por tu visita. Termino de leer tus posts; te imaginarás, éste me emocionó. Bien por tu blog, abrazo constrictor a los amigos paceños, bueno lo del anónimo y nos seguimos viendo. Ah: bien por el post sobre "Mantra". Te sigo leyendo.