En un partido de altísima intensidad y emoción, prevaleció finalmente Uruguay, que tuvo la fortuna de convertir en su primer acercamiento al arco y la adversidad de jugar como 60 minutos con un hombre menos, dada la predecible expulsión de Diego Pérez, autor del gol de Uruguay. Tras la anotación charrúa a los 5 minutos, Argentina se hizo dueña del juego y los siguientes 30 minutos no sólo empató sino que desplegó una marcada hegemonía y su mejor juego con un Messi que hacía daño en cada intervención.
La expulsión marco el partido, paradójicamente a favor de los uruguayos, que con un hombre menos, aprovecharon la precaria defensa que suponen Burdisso y Milito que con reiteradas faltas otorgaron a Forlán la posibilidad de buscar a sus recios cabeceadores, por lo que Lugano golpeó en dos ocasiones el palo.
En el segundo tiempo, el partido fue más enmarañado y menos vertical, pero se demostró la jerarquía de los entrenadores de cada cuadro; Batista envió a Messi al medio y perdió desequilibrio, además de no poder crear ninguna ecuación que permita aprovechar la superioridad de futbolistas en el campo; mientras en la vereda del frente Tabárez ordenó a su equipo en la inferioridad, Egidio se adueñó del centro de la cancha en su soledad y fabricaron en la contra dos situaciones fantásticamente elaboradas por Suárez, que Forlán no puedo concretar. Argentina con la entrada de un lúcido Pastore en vez de un obtuso Di María mejoró considerablemente y gozó de chances claras, todas resueltas con gran acierto por Muslera, sobre todo en una doble atajada espectacular tras un tiro libre de Tevez que se desvió y que Higuaín alcanzó a rematar en el rebote. Mascherano fue expulsado de forma objetable al acabar el partido y acaeció el alargue.
Casi sin piernas, Uruguay se dedicó a aguantar el empate en base a la fiereza de Lugano y al gran corazón del resto; Argentina en cambio dominó sin poder hacer diferencia, Higuaín y Messi estuvieron muy cerca de anotar pero el palo y Muslera ahogaron el rugido del “Cementerio de los Elefantes”. En los penales Uruguay triunfo después de que Tevez fuera el único en errar un penal. Uruguay con su valentía, inteligencia y con la sabiduría de su magistral técnico se meten en semifinales. Argentina resultó ser el elefante finado en un Sudamericano hecho a su medida, en el cual no pudo estar ni siquiera entre los cuatro mejores, pagando en cuartos todo lo mal que hizo en la fase de grupos, aumentando a 18 los años que lleva la albiceleste sin levantar un trofeo, lo que deja evidenciar que la era Grondona ha pasado del cenit vivido entre el 86 al 93 a un ocaso que no atisba la luz mientras su vetusto conductor se aferre irasciblemente al timón de este barco a la deriva.
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