El fútbol es un modelo de sociedad individualista. Exige iniciativa, competencia y conflicto. Pero está regulada por la norma no escrita del juego limpio.
Antonio Gramsci.
Antonio Gramsci.
Desde todos los espacios sociales retumba el mismo eco: es hora de cambiar al fútbol boliviano. Los dirigentes, periodistas e hinchas repiten sin cesar que es necesario transformar el fútbol en nuestro país. Se alista una gran “cumbre” en diciembre donde se tratará el tema, cada (de)formador de opinión deportiva aprovecha cualquier espacio desde su tribuna para mostrar la urgencia de este proceso, los espectadores futboleros repiten también estas premisas. Sin embargo, hay un aspecto que nadie toma en cuenta: ¿cómo será el cambio? Nadie parece tener idea de qué implicará esta transformación y cuáles serán sus características. Todos se llenan la boca con un fenómeno que, claramente, no tienen idea de cómo surgirá.
Este ensayo pretende reflexionar sobre este mentado cambio en el fútbol boliviano. La reflexión parte de una premisa esencial: nadie tiene idea cómo debe realizarse el cambio y los actores tradicionales del campo futbolístico no van a poder realizarlo satisfactoriamente. A partir de esta idea, se analizan las pulsiones de transformación del fútbol boliviano a partir de tres espacios de análisis: en primer lugar, los actores relacionados al fútbol; en segundo lugar, los procesos que se están postulando como posibilidades de “cambio”; en tercer lugar, las características del cambio que se está proponiendo desde la clase hegemónica que pregona incesantemente la transformación. Se pretende, entonces, a partir de la idea de “cambio”, entender las características del campo futbolístico en Bolivia y ver si realmente los actores que lo conforman podrían llevar una verdadera transformación del fútbol boliviano.
1. Los actores
“Durante mis años como dirigente de la Liga no observé que ninguno de los dirigentes de clubes se hubiera enriquecido con el ejercicio de su función, más al contrario, vi cómo entregaban tiempo y dinero de su propio pecunio para continuar con esta actividad por el cariño que le tienen”.
Mauricio Méndez, Presidente de la Liga del Fútbol Boliviano.
“Si quieren ser dirigentes, que hagan como todos hicimos y hacemos, que pongan dinero”.
Carlos Chávez, Presidente de la Federación Boliviana de Fútbol.
“Si iba al arco era gol”.
Fermín Zabala, comentarista deportivo.
Si hablamos del cambio en el fútbol boliviano, ¿no sería el primer paso esencial cambiar con todos los actores que han hecho que el fútbol en nuestro país llegue al agonizante estado en el que está? ¿No es el primer paso para el cambio deshacernos de todos los incapaces e ignorantes que han dirigido este barco que se va a flote? Esquemáticamente y siguiendo a Gramsci, la reflexión sobre los actores hegemónicos del campo futbolístico en Bolivia puede resumirse en dos espacios: los actores estructurales, los dirigentes, y los actores superestructurales, los periodistas (los “intelectuales” del fútbol). Veamos ambos espacios de análisis desde el prisma del cambio.
Uno de los espacios sociales desde donde surgió esta propuesta de cambio fue el de los dirigentes. Desde Carlos Chávez hasta Sergio Asbún, pasando por Mauricio Mendez. Sin embargo, parece por lo menos paradójico que ellos sean los que dirijan las riendas de la transformación. Si ellos quieren propiciarla que se hagan un lado. Ese ya sería un avance. Que los dirigentes quieran hacerse cargo del cambio es como pedirle a Manfred Reyes Villa o Jaime Paz Zamora que redacten un nuevo código de ética y decencia. Desde mi punto de vista, no podrá existir un cambio profundo y verdadero del fútbol boliviano con ellos a la cabeza. Esto sucede por tres razones: la ignorancia e incapacidad, el apego al poder y la mantención instintiva de la clase hegemónica. Veamos estos tres aspectos.
La dirección del fútbol boliviano siempre ha sido un nicho cerrado controlado por la élite de las distintas regiones. A pesar de su carácter eminentemente popular y democrático, el fútbol, a contracorriente de sus pulsiones esenciales, ha sido dominado por una clase cerrada que ha ido rotando en el poder. Las mismas familias, los mismos apellidos, los mismos orígenes. La reproducción pura y dura. Mientras la materia vital del fútbol transcurre por los barrios, los canchones y el área rural, sus dirigentes se atrincheran en hoteles de cinco estrellas, en lustrosos ternos y en aviones de primera clase. Ceden el poder sólo a sus iguales: amigos o familiares. Y yo digo esto con conocimiento de causa, con un conocimiento que también implica una duda existencial: yo he transitado estos caminos que ahora critico y enuncio. El cariño y la solidaridad con gente que aprecio demasiado no me han permitido, hasta ahora, tomar una decisión al respecto. Formo parte de esa reproducción y bebo de los mismos vicios. Sin embargo, más allá de posturas individuales, queda claro que este fenómeno debe cambiar, que es necesario arrebatar el control del fútbol a la clase hegemónica que ya sólo puede controlar el deporte (el Estado ya no les pertenece, San Miguel ya no les pertenece, este país ya no es su prostíbulo). Esta clase hegemónica dentro del deporte debe irse por la incapacidad que han demostrado en el manejo del fútbol.
Sólo bastan un par de ejemplos. Nuestros queridos dirigentes planifican un campeonato “playoff” (es decir: eliminatorias) donde, se supone, el sentido es la eliminación directa de los contendientes. Sin embargo, de los once equipos que juegan este campeonato, en la primera ronda, se elimina solamente UNO. Son tan asnos que su idea de playoff es que uno se elimine y queden diez. Como dice mi amigo Cholo: es un playoff comunista. Es absurdo, es poco serio, es risible. Ni siquiera once niños organizando un campeonato de cacho podrían hacerlo peor. Nuestros dirigentes son tan incapaces que ni siquiera pueden organizar un campeonato decente. Por otro lado, veamos un ejemplo de las divisiones inferiores (otro de los espacios imaginarios donde todo el mundo se llena la boca acerca del cambio y no ubican nada), un jugador sub-20 de Bolívar (que participó en el campeonato sudamericano sub-17) recibe denuncias de que su edad es fraudulenta y se plantea una impugnación (otro de los males estructurales de nuestro fútbol del cual hablaré en la segunda parte del artículo), aún así nuestros lúcidos dirigentes deciden hacerlo participar en la competencia bolivariana con todos los posibles problemas que esto acarraría. Por un lado se denuncia y juzga al jugador y su club y, por otro lado, se lo hace jugar en la selección nacional. Es un absurdo. Son sólo pequeños ejemplos dentro de un mar de hechos: el manejo de la selección nacional, la forma en que se organizan los campeonatos, la repartición de los premios a copas internacionales, la espesura institucional de la Federación de fútbol y la Liga. Etcétera, etcétera, etcétera.
Sin embargo, los absurdos que cometen los dirigentes no son sólo por incapacidad o ignorancia. Suceden por eso pero también por otro aspecto: el apego al poder. Esta clase hegemónica no quiere dejar de controlar a la gallina de los huevos de oro. Son incapaces para planificar o pensar el fútbol pero son muy duchos para entretejer los hilos del poder y mantener un manto que los mantenga en su posición. Las reuniones de la Liga no se basan en aspectos técnicos, se basan en aspectos políticos. Los campeonatos se planifican mal porque entran en enfrentamiento intereses regionales, políticos y de clase. La institucionalidad y la justicia no existen, en el fútbol boliviano sólo existe el manejo del poder (y sus funcionarios privilegiados y desalmados: los abogados). Esta clase dirigente hará todo lo posible por mantener su isla privilegiada, su espacio de dirigencia aislado de las masas populares que respiran fútbol. Por eso plantean el cambio, es sólo una propuesta ideológica que busca mantener su hegemonía.
Reflexionemos ahora sobre los “intelectuales” del fútbol, sobre los funcionarios de la superestructura futbolística: los periodistas. Al igual que en el caso de los dirigentes, en general están marcados por dos fenómenos: la ignorancia y el apego al poder. Desconocimiento y mala leche.
La ignorancia de nuestros periodistas deportivos es demasiado profunda. Con algunas excepciones, como el caso de Ernesto Moreno y Marco Tarifa, los periodistas están en su posición privilegiada por giros del destino o por relaciones familiares y de capital social. No han llegado a su sitial de referentes sociales por conocimiento o trabajo sacrificado. Todos los hinchas deportivos identifican fácilmente lo asnos que son.
Nuestros periodistas están marcados por una profunda ignorancia. No tienen ninguna capacidad para analizar aspectos técnicos de un partido de fútbol, para reflexionar sobre las profundidades de este juego, para entender que el fútbol es una realidad compleja y sugestiva, y, por supuesto, no tienen idea para entender por dónde debe ir el cambio, aunque se llenen la boca con él.
Veamos algunos ejemplos. Henry, como es de conocimiento público, realiza una asistencia con una mano gigantesca. El gol le da el paso a Francia al Mundial. Surge una polémica profunda relacionada a la necesidad de que el fútbol tenga apoyo tecnológico para el arbitraje. Este es un aspecto complejo que merece un profundo debate (piénsese solamente en las repeticiones que existen en el tenis o el fútbol americano). Sin embargo, Azbel Valenzuela, comentando esta noticia, señala con su voz estreñida: “Es un absurdo, señores. No hay que meter tecnología. El fútbol es un juego hermoso porque funciona en base al azar. Nunca van a prosperar este tipo de ideas”. Simplificación babosa. Un aspecto que merece reflexión y análisis es acabado rápidamente desde el lugar común. Acción típica del periodista. Por otro lado, veamos las ideas de Juan Pastén sobre los directores técnicos. Antes de que Bielsa se convierta en un ícono de moda, Pastén transmitía el partido entre Chile y Argentina en Buenos Aires. Con el mayor desparpajo del mundo dice: “Bielsa es un petulante. No es como Basile que planifica los partidos y es obsesivo. Él se deja llevar sólo por su instinto y es un técnico que improvisa siempre”. Pastén habla sin tener idea de nada. Sin saber que Bielsa es un obsesivo de la planificación y Basile un técnico mucho más libre. Habla porque tiene boca, sin tener un poco de información al respecto. Por último, veamos a Toto Arévalo y su viejo Sancho: David Heredia. El otro día intentaron analizar que debería pasar para que el tigre pase de ronda ya que había perdido tres a uno contra el Bolívar. Con el gol doble de visitante, nuestros pobres periodistas se enfrentan a bretes que sus pobres neuronas sufren mucho por pasar. Estuvieron dos horas, pobres, intentando entender que pasaba si Bolívar ganaba dos a cero. Al final, sinceros, renunciaron a dar una solución: “Pensaremos con calma y mañana daremos la información”. La sinapsis pudo detenerse, volvió a su lugar convencional: la estática. El mismo problema ha pasado mil veces el provocador de Berdeja. Los mismos sufrimientos, los mismos desconocimientos, los mismos ridículos. El rey de este espacio, el amo incondicional de la ignorancia y la sinapsis estática se llama Fermín Zabala. Es tan ofensiva y directa su estupidez, que no son necesarios ejemplos.
A este aspecto, la ignorancia, se debe sumar un hecho más: el apego al poder y la mala leche. Muchos periodistas mantienen su posición de privilegio en base a las relaciones de poder que ostentan (dicen por ahí que Pastén formaba parte de las reuniones de directorio de Mauro Cuellar) y el veneno que van supurando. El amarillismo como forma de sobrevivencia. Como no pueden analizar el deporte (en realidad no pueden analizar nada), tienen que reducir la profundidad del juego a la parafernalia burda que lo acompaña. Hay muchos ejemplos al respecto, pero no quiero extenderme más. Lo que queda claro es que los periodistas que deberían construir, desde su espacio, los contenidos profundos del cambio no tienen idea del fútbol y sus complejidades.
Terminemos esta primera parte con una aseveración que concluya la tinta derramada en estas páginas. Para que el fútbol boliviano cambie de verdad, el primer paso es deshacernos de sus actores hegemónicos. Tenemos que desterrar a los dirigentes incapaces y a los periodistas ignorantes de los espacios que ostentan sin ningún merecimiento.
16 comentarios:
Hola¡
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Si estas de acuerdo no dudes en escribirme
Exitos con tu blog.
Un beso
tatiana.
Mario,
Gracias por tus artículos y opiniones. En general, soy partidario de no gastar mucha tinta para escribir sobre periodistas deportivos. Se queman solos! En todo caso escribo con respecto a lo siguiente: "Y yo digo esto con conocimiento de causa, con un conocimiento que también implica una duda existencial: yo he transitado estos caminos que ahora critico y enuncio. El cariño y la solidaridad con gente que aprecio demasiado no me han permitido, hasta ahora, tomar una decisión al respecto."
Si bien tiene sentido, no está tan claro el significado de estas líneas...
Anónimo:
Gracias por el comentario. Estoy de acuerdo contigo en que los periodistas deportivos se queman solos. Sin embargo, a mi hacen putear tanto que no puedo perder oportunidad para denunciar su ignorancia.
Acerca de la frase a la que haces referencia, hablo de mi experiencia en la dirigencia del club Bolívar. Yo estoy ahí por relaciones sociales que tengo con personas del proyecto, así que también reproduzco los procesos que critico. A la vez, a pesar de que Guido Loayza, y la mayoría del equipo que lo acompaña, es distinto a los dirigentes convencionales de fútbol (Cuellar, Pacheco, Chavez y Méndez)por varias razones: tiene un profundo conocimiento del juego, es inteligente y es una buena persona, creo que el proyecto del que formamos parte no ha podido romper con muchas de las convenciones que yo critico. La dirigencia del Bolívar también es un espacio de élite y no ha podido transformar las características profundas de esta pudredumbre que es el fútbol boliviano. Por eso digo esa frase: yo aún no sé qué hacer con mi actuación en el proyecto: seguir o no. Ya se verá.
Saludos,
Mariofrichi.
Los periodistas son los que deben "educar" al público respecto a la complejidad estructural del futbol, ellos deben dar esa información que anteriormente el público ignoraba. Sin embargo eso es muy lejano a la realidad y no sólo en Bolivia sino en grandes cadenas internacionales, monstruos como Fox o ESPN, donde esa reproducción social y ese clientelismo no hace sino repetirse a escala multinacional.
Tratar el tema de la dirigencia del futbol en términos de "clase" más que en términos de eficiencia y resultados puede ser objeto de confusión, porque no creo que el auge del futbol español, inglés o (en nuestro continente) el ecuatoriano (vía Liga de Quito) se deba a que las clases encargadas sean más proletarias que las que aquí medran por este espinoso campo que es el del futbol. Creo, más bien, que la realidad es la opuesta. Al contrario que aquí, en vez de succionar dinero de las instituciones, estos magnates de las más grandes élites capitalistas inyectan millonadas de su bolsillo. Deben ser además, simplemente, más eficientes generando resultados futbolísticos. He ahí los peligros de tratar sociologicamente los temas deportivos. Lo mismo se podría aplicar en el arte bien facilito y mezclar cosas que no se deben mezclar por el bien de ambas disciplinas (ni Velázquez, ni Renoir ni Picasso pertenecieron al lumpen).
Un abrazo bolivarista en estas finales que nos aflijen y nos ilusionan en la misma medida.
Cholito:
Totalmente de acuerdo con la percepción del periodismo.
Cuando circunscribo mi análisis de la dirigencia de clase no es porque quiera o piense que el fútbol boliviano será mejor cuando agarren el timón las hordas proletarias. Analizo la dirigencia desde ahí por una cuestión empírica: eso es lo que sucede. La dirigencia siempre ha sido una clase alta hermética que ha permitido sólo la participación de sus iguales. Ahora, yo planteo que es necesario abrir el espacio a otros grupos por una cuestión no política sino, como bien tú dices, de eficiencia y resultados. Creo que la élite tradicional no tiene la posibilidad de llevar adelante un proyecto futbolístico que cree resultados positivos. Al igual que en el caso del mercado, de la política y de la convivencia, nuestra élite tiene demasiados vicios que no le permiten construir proyectos lúcidos en ningún campo. Basta ver la forma en que quisieron “construir” una nación, la forma en que manejan sus “empresas” y la forma en que manejaron el Estado. Nuestra élite, enferma endémica por el germen colonial y la ignorancia, no tiene idea de cómo llevar adelante grandes proyectos. En otros lugares, la burguesía lleva adelante proyectos nacionales, construye grandes empresas que beben del capitalismo y…maneja satisfactoriamente el fútbol. Que sean, pues, los actores protagónicos en ese contexto. Pero nuestra burguesía (si es que se la puede llamar así) no es capaz de hacer lo que se hace en otros países. Realizó el análisis de clase porque realizó el análisis aquí. Seguro que si en España, Inglaterra o Ecuador, cambian los actores del proceso surgirían resultados menos satisfactorios. Acá es al revés: los negocios a pérdida de los “burgueses” tradicionales (acolchonados por las herencias y el manejo puramente financiero) contrastan con los pujantes comerciantes aymaras y cruceños. Si fuera otro tipo de élite, el fútbol boliviano no estaría como está. Pienso, por eso, que es imposible transformar el fútbol sin abrir espacios a otras clases sociales, tradicionalmente excluidas de este campo. No planteo cambiar la élite por el proletariado, sino más bien abrir este campo social a una diversidad de actores sociales porque la élite NO tiene la capacidad para transformar el fútbol boliviano. El problema es de clase porque es una clase la que maneja el fútbol. Lúcidos dirigentes (Guido Loayza, Percy Luza y algunos otros) son islas en un océano marcado por la actuación de un montón de personas deshonestas e incapaces. Ellos plantean proyectos potentes que se enfrentan a una marea indetenible formada por años y años de actuar en base a la incompetencia y la injusticia. Por eso es que el cambio no podrá surgir si no se cambia el sello social del fútbol boliviano. Si yo pudiera identificar un grupo amplio y pujante de nuevos dirigentes distintos en el seno de la élite, no propondría como única solución abrir el espacio a otros grupos sociales. Como veo que la inmensa mayoría de los dirigentes, provenientes de la clase dominante, son unos ineptos, deduzco fácilmente que la única esperanza es abrir el proceso a otros grupos sociales.
Que quede claro: yo no planteo el cambio de clase por un facilismo militante sino por una cuestión plenamente instrumental: mejores resultados y mayor institucionalidad. Cuando, en medio de las noventa, la élite manejaba discrecional y completamente el estado, los ministerios y las empresas nacionales (y conseguía los resultados que consiguió) me parece que lo más lógico era plantear que sean otros grupos los que se encarguen del manejo de estos espacios. Ellos ya fracasaron: cagaron todo (incluido el fútbol), es hora de que les toque a otros. Probablemente, la cagarán también; sin embargo, por lo menos hay esperanza.
Besos y abrazos. Vamos Bolívar, carajo.
Mariofrichi.
Masista, si tanto criticas como si estuvieras en el olimpo con toda la sabiduria y te crees superior a todos los periodistas, con tu propio sacrifio, aunque no sea muy largo, si eres un erudito tendrias no solo tu espacio informativo sino toda una cadena deportiva...
Eres parte de un proyecto por trafico de influencias! y que tu jefecito es inteligente y es una buena persona, son argumentos para ti?
Te desafio a que renuncies y obres segun lo que pregonas y ganes tu puesto por tus habilidades, si las tienes, y no por ser el guardasespaldas de los hijos de tu jefecito
¿Por qué la gente no pone su nombre cuando hace comentarios tan potentes? ¿Por qué escudarse en la cobardía del anonimato para agredir sin inteligencia ni ironía? ¿Por qué hay gente que no usa acentos? ¿Por qué hay gente que considera "masista" un insulto? ¿De dónde provienen los lugares comunes, el agravio vacio, la falta de inteligencia?
Que mi jefe sea inteligente y sea una buena persona son argumentos absolutamente pesados e influyentes para adscribirme a su proyecto. Por eso estoy ahí. Me adscribo a proyectos de gente de bien (jamás podría trabajar para tí).
Lastimosamente mi físico (flaco y débil) no da para ser guardaespaldas de nadie.
Cuando sepa quien eres, estaré dispuesto a enfrentar tus desafíos (va otro:dinos sinceramente tu nombre).
Mario Murillo Aliaga.
Mario,
Soy el anónimo que hizo la primera nota anónima de esta columna. Gracias por la respuesta precisa.
Tendré mis razones para usar el anonimato, pero nunca lo usaría para dar opiniones serias, criticar, debatir o argumentar con/en contra del autor de cualquier publicación porque es realmente una cobardía.
Yo creo que lo primero es identificar laz razones de los fracasos tanto en dirigencia como en periodismo y en la cancha.
En el caso primero:
1. Total incapacidad respecto al campo de acción: ignorancia supina en materia de futbol.
2. Ausencia absoluta de proyectos a mediano y largo plazo.
3. Corrupción endémica.
4. Reproducción y hermetismo de la clase dirigencial.
5. Ausencia de trato con los futbolistas. Explotación.
6. Falta de inversión.
Independientemente de cual sea el encargado de llevar el futbol a buen puerto, debe superar esos obstáculos muy enraizados.
En cuanto a nuestro amigo mamónimo sempiterno, se nota que no captó el mensaje de tu texto o que el piensa que Pastén y Fermín Zavala están en un Olimpo de conocimientos porque tienen su emporio en el periodismo deportivo (lo que confirmaría nuestra teoría sobre el contagio de ignorancia que transmiten los periodistas).
Me da asco esa bravura que a veces mostramos en este país cuando estamos encubiertos por las masas o por la ausencia de identidad en internet. Que dé la cara, al menos esa es una virtud que no se les puede reprochar a sus maestros Pastén y Fermín (aunque no sean caras muy agradables de ver).
Cholito:
Totalmente de acuerdo con las razones esbozadas. Se le podrían sumar las siguientes:
7. Judicialización del fútbol: me refiero a la ancestral costumbre boliviana de dirimir los problemas en el ámbito leguleyesco. Sólo basta pensar en las absurdas impugnaciones recurrentes.
8. Falta de institucionalidad.
9. Falta de procesos de creación de recursos humanos competentes.
Hay muchas más por pensar. Lo interesante, me parece a mí, es intentar reflexionar de verdad sobre el campo futbolístico boliviano y propugnar un cambio verdadero, útil y basado en conocimiento técnico.
Abrazos,
Mario.
No pongo mi nombre por temor a represalias contra mi persona, no de usted sino de sus secuaces.
En ningún momento quise ofenderlo, pero no se olvide que las verdades son dolorosas.
Disculpe por mi gravísimas faltas ortográficas, no tengo excusa alguna.
En ningún momento consideré la palabra "masista" como insulto. Sé que más de 8 collas de cada 10 votaron por Evo y lo considero de ese montón.
La falta de inteligencia me parece que proviene por la altura de su ciudad. La falta de oxígeno entumece el cerebro y dificulta su pleno desarrollo. Le aconsejo que deje su complejo de parásito (es fácil preguntar y esperar que otros hagan el trabajo) e investigue en cualquier libro; para que se dé cuenta por sí mismo de esas poderosas teorías.
No creo que una persona que trabajó para un dictador como Banzer sea inteligente y buena persona. Probablemente está confundiendo inteligencia con picardía por haber llenado sus bolsillos y no hacerse pescar, eso es un delito.
Esta usted en el club por casualidad y no por causalidad. Ud. no se adscribió, lo adscribieron por su voto y como ahora goza de viajes y viáticos pagos por figuretear no tiene problema de hacer el papel de tonto-útil. Cuidado que el jefe de su jefecito se fastidie de toda la punta de infructíferos y los mande a cambiar.
Jamás yo le daría trabajo porque conozco sus limitaciones físicas, mentales y académicas; ni aunque fuera el mejor lameculos (guardaespaldas suena mejor) del mundo.
Me tienen sin cuidado sus amenazas y no acepto su desafío porque seré un perseguido de su pandilla y como en este país ustedes son los que tienen el poder, yo no tengo las mínimas garantías ademas sabemos que no va soltar la mamadera.
Anti Charlatanes Frívolos Estropeados Oportunistas
PD. Me enteré que Ud. es un colaboradorcillo de este blog, de una vez debería por lo menos hacer algo propio y dejar de ser tan haragán.
PD. (Diego Loayza) Oneiros: No soy ni quiero ser amigo de ustedes y soy anónimo por mi propia seguridad. Lo que le debería dar asco es como la gente de este país se vende por unas limosnas que se les arroja. Aprovéchense de estos giles para que su calidad de vida y de toda su familia este asegurada por generaciones.
NUNCA ANTES HABÍA LEÍDO ESTAS COSAS UN TISTEZA DEL MUNDO TIENES DENTRO, QUISIERA QUE TE ESCUCHES UN DÍA
A LA GENTE LE DUELE, DICEN ATRÁS MÍO
NO HAY INTELIGENCIAS TAN GRANDES COMO PARA LO QUE PREGONAS NO VE
FERDISAO 2684190 LP
Ferdy:
De verdad una profunda tristeza tiene esa persona. Me da pena de verdad su situación. No lo dijo por joder o dar palo. Lo digo de verdad. Me da pena por sus prejuicios, por el dolor interno que despiden sus palabras, por el resentimiento, por la paranoía. Algo muerto tiene en él. Alguna pena larga lo atormenta. Debe tener una vida de mierda.
Me da pena por el mundo. Mientras haya gente como él, díficil pensar en un mejor lugar futuro.
Me da pena por el fútbol. De verdad que yo no intentaba joder u ofender a alguien por resentimiento sino por intentar mejorar esta realidad, incluso mostrando mis propias dudas y problemas al respecto. Sin embargo, es tan díficil generar un debate profundo sin caer en el insulto fácil y la cobardía. Es tan díficil tratar de debatir y tratar de mejorar este barco que se hunde como el Titsnic.
Me da pena y se acabó. Lo digo claro: ya no se aceptan comentarios anónimos en mis posts. Se suprimirán todos. Si las personas quieren tirar mierda desde sus complejos que busquen otros espacios o que pongan su nombre (otra cosa: aquí nadie ataca físicamente a las personas por sus ideas).
Mario.
P.D.: Lo digo con conocimiento de causa: NADIE en este proyecto está por prebendas, sueldos o viáticos. NADIE está por hacerse rico. Si de algo puedo dar fé es del manejo honesto del proyecto, a todo nivel.
Queridos Cubiteleros:
La envidia es el mejor instrumento para ir contra las personas, no hagan caso de estos individuos, que lamentablemente son invisibles y están en todas partes. Esta gente que busca la manera de herir es porque están lastimadas y tienen que frenar a los que tienen ganas de construir y producir.
Les aconsejo ser prácticos y eliminar todos estos comentarios y abstenerse en respuestas que ellos no entenderán. Esta demás expresar sentimientos para estos anónimos que lo único que merecen es nuestra indiferencia y probablemente recomendarlos a un psicólogo. El tiempo es tan valioso que dedicarles mucho no vale la pena.
Sigan adelante con el proyecto y transformen el fútbol. Es una tarea extraordinariamente compleja pero estoy seguro que lo harán de la mejor manera. Las satisfacciones vendrán cuando vean su esfuerzo plasmado en resultados. Celebraremos todos y los verdaderos amigos se alegraran de los logros alcanzados que beneficiaran a nuestra sociedad.
Saludos desde miami
Chiton
Querido Chiton:
Muchas gracias por el comentario. Creo que tienes mucha razón con el trato que debemos darle a los comentaristas anónimos.
De verdad, muchas gracias por tus buenos deseos.
Saludos desde La Paz city.
Mario.
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